lunes, 13 de diciembre de 2010

Sabina vs Arjona, Aliem vs Jennifer






Escribiré hoy sobre un tema del cual reconozco que domino muy poco. Sencillamente no es el tipo de música que me gusta y escucho diariamente, pero como lo ocurrido me llamó la atención, me divirtió y hasta cierto punto me hizo aprender, lo cuento a mis amigos y con esto dejo abierto el tema.

El pasado 4 de diciembre, casi a media noche, nos reunimos un grupo de amigos cubanos, los de siempre, en el apartamento de Eduardo y Arelis. Éramos 14 adultos y un niño dormido y como casi siempre a los pocos minutos, teníamos abierto varios temas de “suma importancia”, donde todos participábamos a la misma vez e increíblemente no solo nos manteníamos al tanto, sino que éramos capaces de aportar nuevas ideas. Forma de comunicación que tal vez nos caracteriza a los cubanos y me arriesgo a asegurar esto, porque por momentos hemos tenido la presencia de personas de otras nacionalidades latinoamericanas y siempre ha resultado que, no entienden, se quedan atrás, no pueden seguir el ritmo o hilo de la conversación o manifiestan que no saben cómo podemos establecer como algo tan sencillo tal forma de comunicación y muchos menos entienden cómo podemos entendernos tan bien en medio de gritos, ironías, chistes de doble sentido, burlas, comidas, bebidas, bailes, etc.

Dentro de los temas abiertos, uno fue acaparando la atención de todos por la fuerza con que se estaban expresando los criterios. La música del español Joaquín Sabina y la del guatemalteco Ricardo Arjona. ¿Cuál es el mejor?, ¿Arjona imita a Sabina?

Las ideas se fueron organizando y llegaron a emanar de lo que pronto se convirtió en dos bandos bien diferenciados. Un grupo, encabezado por mi hija Jennifer, defendía a Arjona apasionadamente. Sus textos, su forma de cantar, la crudeza y valentía con que trata algunos temas sociales, su aparente compromiso. El otro, con Aliem al frente, que para defender a Sabina, mantenía el criterio de que el cantautor guatemalteco lo imitaba y que existían estudios que demostraban que Sabina sacaba un disco y a los pocos años, a veces 2 o a veces 10, Arjona sacaba un disco utilizando frases similares o tal vez muy parecidas a las del cantante español y que por lo tanto no era más que un “gran copiador aprovechado”.

Como dije a principios de este artículo, para nada tengo elementos sólidos como para discutir sobre este tema, pero como de discutir se trataba y me divierte, me incorporé, más que todo para echar leña al fuego. Me hubiera hecho falta mi amigo hijo el Chino, hoy en Portugal, amplio conocedor del tema Arjona o mi amiga hermana Normita, hoy en México, admiradora de Sabina desde que éramos muy jóvenes o quizás hubiera sido peor, pues la pasión con que conozco defienden sus ideas, nos hubiera llevado no a un intercambio jovial, sino sencillamente a casi una guerra.

Es justo decir que aunque respeto a los dos cantantes y debo reconocer que tienen una muy sólida obra, no soporto a Sabina. Su cara, sus textos, su voz y la forma en que canta me resultan desagradables y para colmo conozco que por tiempos ha estado enemistado con Serrat, que es evidentemente otra cosa, entonces ha estado enemistado conmigo, por lo que si tengo que soportar a alguno de los dos, prefiero mil veces a Arjona, al final no se ha metido con nadie que admiro y quiero.

La jornada terminó como siempre con besos y abrazos y en ésta ocasión la promesa de Aliem de enviar por correo la información donde se compara la obra de los dos cantantes. En efecto y sin demora, al día siguiente teníamos varios correos con este tema, lo que me hizo pensar que no éramos los únicos entretenidos en debatir sobre la originalidad de ambas figuras. La intención de elevar nuestra cultura me parecía válida.

El o los autores escogen frases que aparecen en las canciones de Arjona y las hacen coincidir con otras que años antes ha escrito Sabina para sus canciones. Las leí y declaro que no veo tal similitud en la mayor parte de ellas, salvo que a veces mencionan o escriben sobre el amanecer, el amor, el fuego, la tristeza, el olvido, etc. , palabras o temas que son extremadamente comunes en los poetas y tan antiguas como el propio ser humano. Me parece más que todo una gran fuerza o “cañona”, no de Aliem, sino de los llamados expertos a la hora de comparar tratando de demeritar a una de las partes, sin valorar siquiera la posible influencia que puede haber tenido o tener Sabina en la música de Arjona, lo que sería no un fraude, sino sencillamente un aspecto positivo.

Aquí dejo entonces algunas de las comparaciones para que cada lector pueda sacar sus conclusiones. Entre las cosas que se dicen es que Arjona también imita a Bono, el cantante lider del grupo U2, sencillamente por ponerse unos lentes de sol parecidos a los que el cantante irlandés ha utilizado en algunos momentos. Qué locura o que pocas cosas serias para decir.

Chino y Normita, por favor, ayúdenme con esto, si fuera sobre Steve Perry otra historia sería.

Año

Canción

Frase

1

J. Sabina

1992

Peor para el Sol

“Vivo justo detrás de la esquina
no me acuerdo si tengo marido
si me quitas con arte el vestido
te invito al champan...”

R. Arjona

1994

Historia del taxi

“Me dijo doble en la esquina iremos hasta mi casa

después de un par de tequilas veremos qué pasa
para que describir lo que hicimos en la alfombra
si basta para resumir que le besé hasta la sombra"

2

J. Sabina

1987

Así estoy yo sin ti

"Solo como un poeta en el aeropuerto"

R. Arjona

1993

Solo

"Solo como Octavio Paz en una disco de moda"

3

J. Sabina

1984

Calle Melancolía

"Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama"

R. Arjona

1994

Realmente no estoy tan solo

"Me tomo un café con tu ausencia

y le enciendo un cigarro a la nostalgia
le doy un beso en el cuello
a tu espacio vacío"

4

J. Sabina

1994

Incluso en estos tiempos

"y aunque quiera olvidar no se me olvida que no puedo olvidarte"

R. Arjona

1998

Olvidarte

"Olvidarte es recordar que es imposible"

5

J. Sabina

1996

Y sin embargo

“Y el Lunes al café del desayuno vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio el pan de cada día"

R. Arjona

1999

Monotonía

"Amanece de nuevo el día
otra vez a recomenzar
sabes que será aburrido
monótono y desabrido
te llevas un pan a la boca
y tal vez un poco de leche"





martes, 16 de noviembre de 2010

La Paradoja Mecánica

El fenómeno de las comunicaciones modernas e internet. Acabo de enviar mi artículo anterior sobre el tema del efecto óptico que aparentemente sucede en algunas carreteras, ejemplo en República Dominicana y en España y el gran Tío Migue, matemático, desde Miami, me envía la información que explica el tema. De madreeeeeeeeeeeee, esto hubiera demorado muchísimo tiempo en años anteriores. Para los interesados aquí les va. Yo prometo cambiar de tema, reconozco que esto no es mi fuerte. JAJAJAJAJA

La Paradoja Mecánica

Elfenómeno consiste en que, si tenemos un bícono rígido y un plano inclinado en forma de cuña, también rígido, como los de la figura, y los colocamos tal y como se muestra en ella comprobamos que, aparentemente contra la ley de la gravedad, el bícono ascenderá por el plano inclinado en vez de bajar por él.

Como ya veremos más adelante este fenómeno tiene una explicación dentro del contexto de la mecánica del sólido rígido.

Realicemos un análisis de los elementos de esta experiencia.

Los elementos

El bicono

El sólido que llamaremos bícono está constituido por dos conos simples unidos por su base. Al tratarse de un cuerpo geométrico podemos afirmar que su centro de masas o centro de gravedad coincide con su centro geométrico, que en esta caso se encontrará en la intersección del plano formado por las bases de los supuestos conos simples y el eje que recorre el bícono de vértice a vértice.

El Plano Inclinado

El plano inclinado por el que rueda el bícono no es un plano inclinado clásico. Más bien lo podríamos definir como una cuña hueca, es decir los contornos de una cuña. Es importante aquí diferenciar dos ángulos distintos: el primero, que llamaremos de abertura, será el ángulo con el que convergen los dos listones; el segundo, que llamaremos de inclinación es el ángulo que forman los cantos de los listones con la horizontal.

El Fenómeno

Al colocar el bícono en la parte más baja del plano inclinado podemos afirmar que tendrá una cierta energía potencial gravitatoria, al estar su centro de masas a una cierta altura del suelo (supongamos el cero de energía potencial gravitatoria en la base del plano inclinado o suelo). El cuerpo tenderá pues a realizar un desplazamiento que disminuya esa energía potencial, un movimiento que haga descender su centro de masas. Pues bien, imaginemos que el bícono lo tenemos sobre una cuña como la anterior pero cuyo ángulo de inclinación sea nulo. No resulta difícil imaginar que el bícono tenderá a moverse hacia la parte más abierta de la cuña, para quedar apoyado por su parte más cercana a los vértices y así disminuir la altura de su centro de masas. Pues bien, si ahora ponemos una cuña cuyo ángulo de inclinación sea pequeño el fenómeno será el mismo, el bícono tenderá a rodar hacia la parte más abierta de la cuña, disminuyendo así la altura de su centro de masas. Si realizamos diferentes medidas de la altura del centro de masas durante su movimiento comprobamos que dichas medidas son cada vez menores.

Como vemos el fenómeno va a depender sobre todo de los ángulos, tanto de abertura, de inclinación, como el ángulo del propio bícono, teniendo que:

· Si el ángulo de inclinación superase un cierto valor, el bícono no se movería (si mantenemos los otros ángulos constantes).

· Si el ángulo de abertura fuera nulo (pensemos en dos listones paralelos) el bícono no se movería.

· Si el ángulo del bícono fuera un ángulo llano (pensemos en una varilla o en un cilindro), no se movería.

Vemos pues que esta paradoja no es más que eso, una realidad engañosa, pero que encuentra una explicación dentro del contexto de la mecánica del sólido rígido.

Ilusión óptica de una carretera con pendiente ascendente en donde un coche la "sube" solo

A raíz de escribir mi último artículo sobre el llamado “polo de Polo”, del cual reconozco no saber más nada que los cuentos de amigos y mi experiencia en el viaje que hice al lugar, me ha llegado por correo esta información que a continuación reproduzco textualmente. El autor, parece ser un español que se llama Alex, publicó este artículo el día 22 de marzo del 2007. Por lo que puedo leer concluyo que existen otros lugares en el planeta, este exactamente en España, donde se da el mismo efecto que el que describí. Entonces parece ser más que todo una ilusión óptica. Esto aclara un poco, en detrimento del orgullo barahonero, el por qué el lugar no es un punto exclusivo y de vital importancia para el estudio de los científicos.

“En ciertos puntos de la geografía española, más concretamente en algunas pendientes de carreteras se ha observado como sorprendentemente, dejando el coche en punto muerto, este asciende por la pendiente, desafiando de forma irritante a la mecánica newtoniana. Aunque midiendo la pendiente con instrumentos se haya descubierto que se trata de, en verdad, una pendiente descendente, la pregunta que se hace uno siempre es ¿cómo es posible que nuestros ojos nos den una imagen tan contraria a la realidad?, ya que en verdad dicha pendiente parece totalmente ascendente.

Ayer comentaba este hecho, conocido por muchos, con el padre de una amiga, y le dije que lo buscaría por Internet para poder darle una explicación, y aquí está la respuesta.

La cuestión que se plantea es una realidad más frecuente de lo que parece. En Ceuta hay un lugar en el que el fenómeno tiene lugar. La explicación es una ilusión óptica y es la Psicología de la Percepción la que tiene la última palabra en la explicación del funcionamiento imperfecto de los sentidos. Se pueden dar dos causas para que nuestros ojos, o más bien nuestro cerebro nos engañe.

En primer lugar puede considerarse que las líneas rectas del entorno, induzcan la confusión. Por ejemplo la existencia, formando un pequeño ángulo con la carretera, de un talud que bordee el tramo y que converge a lo lejos con ella con una pequeña inclinación hacia abajo nos puede hacer pensar que la carretera va hacia arriba.

La otra posible causa es la existencia de árboles en las laderas de los bordes de la carretera que, debido a la existencia de vientos predominantes en un determinado sentido, crezcan ligeramente inclinados respecto a la vertical en el sentido del recorrido de la carretera. Como nuestra experiencia nos dice que los arboles crecen verticales, al enderezar mentalmente estos árboles inducimos una inclinación ficticia de la carretera.

Estas son dos de las explicaciones que podemos dar al fenómeno, pero puede haber otras y habría que examinar cada caso individualmente. Pero en todo caso siempre es el entorno el que nos puede influir en la percepción.

En algunos parques de atracciones existen habitaciones en las que estas ilusiones ópticas se inducen de una forma tal que afecta incluso a nuestro sentido del equilibrio. Tienen el techo inclinado y puertas, ventanas y cuadros en las paredes deformados convenientemente.

Un ejemplo cercano a mi es el del Montasterio de Veruela, a 2 kilómetros de la bifurcación del Monasterio se puede apreciar una "bajada" pronunciada en donde el coche se te va para atrás, cuesta arriba".




sábado, 13 de noviembre de 2010

El polo de Polo.

En una de las tantas visitas a la clínica OralVital, unas veces para el asunto muelas, otras para arreglar algo que se ha roto, otras para sencillamente conversar y comer unos ricos dulces traídos de España casi al vencerse, se suscitó una de esas conversaciones que luego uno no sabe cómo, ni quién la introdujo.

El tema en cuestión fue sobre el llamado polo magnético de Polo. Yo nunca había escuchado nada al respecto, a pesar de los miles de temas nuevos que he aprendido en mis tres años dominicanos, por lo que me tocó quedarme callado.

El asunto se tornó inmediatamente peligroso, a partir de las personas que participaban. Ale, dominicano, barahonero, aseguraba la existencia de un lugar donde, una aparente fuerza magnética hace que los objetos, independientemente de su composición, ya sea plástico, metal, goma, se mueven hacia arriba en una calle que tiene una pendiente pronunciada. La Dra Marlene, no solo cubana, sino cubanísima, aseguraba que eso no podía ser real, que sencillamente no era posible.

Ale rápidamente para defender su posición, saltó a la computadora y buscó en YouTube los videos que existen sobre el particular. Yo personalmente observé, todavía sin entender mucho, los videos que muestran botellas pláticas y de cristal casi llenas de agua, que ruedan hacia arriba en un plano evidentemente inclinado, incluso automóviles apagados con el chofer fuera llave en mano, desplazándose lentamente hacia arriba.

Ale barahonero orgulloso, insistía en la veracidad del asunto. Yo asombrado. La Dra Merlene, cubanísima, parapetada en su posición, seguía asegurando categóricamente que eso no podía ser, que todos los videos de YouTube eran un montaje.

Casualmente yo debía viajar a Barahona y Polo a pocos días de la conversación y me comprometí en visitar el lugar para, primero, conocer y asegurarme personalmente que no había trucos, segundo, entender un poco la cantidad de ideas, que sin orden y muy apasionadamente se habían expuesto, tercero, para aprender y poder asegurar si es cierto o falso lo del polo magnético de Polo. La Dra. Marlene casi a gritos decía que ella también iría. Ale se mantenía callado, sólo sonreía.

Semanas después estuve en Barahona y de allí me trasladé a Polo. Por el camino pedí a mis anfitriones que me llevarán al lugar en cuestión para verlo. Ellos me dijeron que no había problemas, de todas formas tenías que parar por allí.

Cinco personas nos trasladábamos en una jeepeta Chevrolet Tahoe. Llegado el momento, después de bajar por una pendiente, la persona que dirigía la expedición y que debe haber pasado por allí miles de veces, le dijo al chofer que detuviera la jeepeta, la apagara, retirara la llave y sacara el pie del freno. La jeepeta, con todos nosotros dentro, comenzó a moverse lentamente marcha atrás, subiendo la loma que acabábamos de bajar. Así se movió 40 ó 50 metros más menos.

Yo morí de la emoción. No lo podía evitar. Lo que estaba viviendo era la mismo que había visto en los videos de YouTube. Yo estaba sentado al lado del chofer, había bajado una evidente loma, me había parado en un punto y luego motor apagado observé que la jeepeta se movía marcha atrás, subiendo una pendiente bastante inclinada.

Al no estar integrado mi grupo por algún científico, nadie pudo dar una explicación exacta y convincente del por qué ocurría esto y a mis preguntas, solo se me respondió que eso funcionaba así desde siempre.

Continuamos el viaje a Polo. Yo pensando. De regreso volvimos a pasar por el lugar. En ese momento, volví a pedir que hiciéramos el experimento. El jefe de la expedición, ahora más orgulloso, ordenó al chofer que hiciera lo mismo, o sea, apagar el auto, retirar la llave y quitar el pie del freno. La jeepeta, ahora de frente, comenzó a subir la loma lentamente, lo que me produjo de nuevo un gran asombro y hasta cierto punto emoción.

Por supuesto, tan pronto llegué a la Capital, esa misma noche, llamé a mi amiga la Dra. Marlene y le dije en apoyo a Ale, que yo no sabía el por qué y cuál o cuáles podían ser las causas, pero de que los objetos, incluyendo los autos, se movían hacia arriba, se movían. Mi amiga, ahora frente a la seguridad de mi comentario, cedió y emitió una de esas palabras que tanto dicen los dominicanos para no definir nada, incluso con su entonación característica, buenooooo.

El hecho no deja de ser llamativo y entonces para encontrar una respuesta, realicé una pequeña investigación. Busqué en internet, si el tema era tan exclusivo, debía haber información. Encontré varios textos, ninguno de una persona o institución autorizada científicamente que explicara lo que allí sucede. Solo existen escritos, pequeñas notas y referencias de puro corte turístico, que tratan de mover el interés de las personas por visitar el lugar.

Esto me llamó más la atención y me surgieron varias interrogantes. ¿Cómo puede existir un lugar tan especial y no existir investigaciones profundas que expliquen?, ¿Cómo la Academia de Ciencias, los científicos, las universidades, no han publicado nada sobre esta peculiaridad?, ¿Cómo esto no ha motivado a instituciones internacionales a presentarse y analizar?, ¿Cómo si el lugar es tan especial y diferente, no se encuentra una información oficial que ilustre definitiva y claramente de lo que allí sucede y por qué sucede?

En mi búsqueda, un amigo me comentó que hace algunos años se hizo un trabajo de corte periodístico, se llevaron allí las cámaras de la TV, pero no se concluyó en realidad nada. Entonces sólo existen especulaciones divididas en dos grandes grupos, Uno dice que la cuestión puede ser a partir de la existencia de fuerzas magnéticas o de determinadas condiciones del suelo que existen en el área. Otro asegura que es sólo un efecto óptico, o sea, que a pesar de que se siente que se está a través de una pendiente inclinada, en realidad la pendiente está al revés con relación al nivel de mar, por lo que los objetos no suben, sino que sencillamente, tal como es común, bajan.

Al final, todavía hoy, no tengo respuesta clara para el asunto, por lo que sigue siendo una gran incógnita para mí, el famoso “polo de Polo”.

Si algunos de mis lectores conocen sobre el tema, agradecería me explicara. Con solo poner en el buscador de Gloogle, polo magnético de Barahora, los interesados puedes ver en internet los videos y algunas explicaciones. Transcribo aquí una de ellas que encontré y no me aclara mucho más. Dejo a consideración del lector las conclusiones.

“Para verificar la verdadera pendiente del terreno con respecto al horizonte terrestre, utilice un vaso con agua en forma de nivel. Al colocarme en la supuesta subida verifique que el nivel del agua en el vaso indicaba inequívocamente que realmente esa subida en realidad es una bajada pero de menor pendiente que la anterior y la posterior. Al tener solamente como referencia visual los desniveles de la carretera que aparentemente forman una subida entonces se produce una ilusión óptica que logra engañarte. Adicionalmente hice varios experimentos con botellitas de vidrio con agua, pelotas de goma, etc… y estos elementos no magnéticos también “aparentemente” subían la cuesta. Mi conclusión es que realmente la única fuerza que participa es la gravitatoria que es ejercida en todos los cuerpos magnéticos y no magnéticos hacia el centro de masa terrestre. Cuando un objeto se encuentra en una superficie con pendiente la fuerza gravitatoria lo mueve hacia la parte de abajo de esta. Esto es lo que ocurre en el polo magnético dominicano de Barahona”.

martes, 9 de noviembre de 2010

Las tribulaciones de un hombre con arete.

A principios del mes de octubre pasado, asistí acompañado de mi amiga Lissette al Archivo General de la Nación con el objetivo de obtener una información para una investigación que venimos realizando. Mientras hacíamos los trámites para acceder a la Sala de Investigaciones, mi amiga reparó en un cartel, por cierto bien hecho, donde se informaba a los usuarios las condiciones exigidas para utilizar los servicios del Archivo. Me parece muy bien que se intente organizar y establecer la disciplina que se debe mantener en un lugar tan importante para cualquier país.

El cartel detallaba minuciosamente las exigencias. Entre otras, las mujeres no podían entrar con vestidos o blusas desmangados. Mi amiga comenzó a convulsionar pues tenía un vestidito blanco, juvenil, de lindo diseño, pero le faltaban las mangassssssssssss. Para solucionar su problema, que no era tal para los trabajadores del Archivo, la joven de la recepción agradablemente le sugirió al guardia que la acompañaba, que le prestara a la señora una de esas chaquetas negras de mangas largas que tienen guardadas en un closet de metal para estos casos. Los minutos que transcurrieron son dignos de dedicarles un artículo aparte. Fin del cuento, después de varios “no me lo voy a poner”, mi amiga vio desgraciado su lindo vestidito blanco, juvenil y de lindo diseño con una chaqueta negra, sucia, llena de polvo, que quién sabe cuántas personas la habían usado y que por cierto le quedaba requeté mal, pues debía ser dos o tres tallas más grande que la que ella usa. Teniendo en cuenta que es para asistir a investigadores “mal vestidos” el Archivo ha optado por prestar chaquetas XXXL.

Mientras yo me divertía enormemente presenciando la escena y lo que ella representaba para mi amiga, ella, a modo de venganza, me hizo reparar de nuevo en el cartel orientativo. Al definir el tema de los hombres y su entrada al recinto, se aclaraba que estos no podían entrar al Archivo con aretes. De la risa pasé casi al llanto. No entendía, no logro entender aún qué tiene que ver un arete o una argolla para uno poder trabajar.

Casi cuando nos marchábamos, me acerqué a la joven que atiende la Sala y le pregunté sobre el por qué de la medida del arete para los hombres. Ella evidentemente no estaba preparada para dar una respuesta a tal pregunta, quizás porque no se les había ocurrido que alguien podría preguntar tal cosa. Después de varios minutos de risa nerviosa, cara apenada y miradas al techo, primero me dejó claro que no entendía la medida pues para ella era un absurdo y luego concluyó que el jefe del Archivo era un viejo y que esa debía ser la causa de la restricción.

Caras de complicidad, agradecimientos, salida. Ya afuera, mientras fumaba, entendí. El jefe del Archivo debía ser una persona bien complicada, que dirigía aquella institución pública como si fuera su casa. Lo que me gusta y lo que no me gusta, sin tener en cuenta más nada. Esto es mío y como es mío hago lo que me da la gana. Los hombres que usan aretes o argollas no merecen existir, por tanto no pueden entrar al Archivo General de la Nación.

Sin salir completamente de mi asombro por este tema, cuando ya empezaba a recuperarme, otro incidente que involucraba a un hombre y un arete me ha hecho entender que es algo más que el capricho de un hombre mayor, quizás chapado a la antigua.

Mi hijo Jonathan de 19 años, hace dos semanas, un domingo en la mañana se puso de acuerdo con unos amigos para pasear. El lugar de encuentro para todos fue la Plaza de las Banderas al final de la Avenida 27 de Febrero. El día estaba nublado, amenazaba con llover. A los pocos minutos de haber salido de nuestro apartamento, que está a más menos 400 metros del lugar de la cita, comenzó a diluviar y desde mi balcón pronostiqué que Jonathan se empaparía, sin saber exactamente qué le podía estar ocurriendo.

Antes de comenzar a llover, Jonathan ya estaba en el lugar del encuentro y sus amigos habían llegado. Minutos después, cuenta, comenzó la lluvia, en realidad el diluvio, pues fue uno de esos días que de pronto llueve como si se fuera a caer el cielo. El grupo de jóvenes y otras personas que caminaban por la zona, se fueron a refugiar debajo de un techo que preside la entrada de las Fuerzas Armadas, sin entrar obviamente al recinto militar.

Para el asombro de todos los que allí estaban, un guardia joven, que cumplía con su trabajo en la garita de entrada, se dirigió a Jonathan y le dijo que no podía estar parado allí con aretes en las orejas, que tenía que quitárselos o abandonar el lugar. Desconcierto. Nadie entendía. Afuera llovía a cántaros, las personas estaban allí de puro paso refugiándose del aguacero y en medio de aquello, alguien reparaba en los aretes que tenía puesto un joven y hacía valer su poder, respaldado quizás en una de esas reglas absurdas, sin considerar tan siquiera el momento. Intercambio de ideas, imagino que Jonathan puso las ideas. Al final mi hijo con el impulso de sus 19 años, decidió entregar sus pertenencias a los amigos, salir del área techada y esperarlos sentado en el parque debajo del aguacero, haciendo valer su derecho a tener los aretes que quiera en este mundo que se llama, demagógicamente, libre.

Lo comenté asombrado con Lissette, dos hechos parecidos con el mismo objeto no podía ser casualidad y después de ella averiguar, su respuesta fue que Jonathan tuvo mala suerte, le tocó el guardia equivocado, de haber sido otro quizás no le hubiera dicho nada o le hubiera pedido que se tapara los aretes con el cabello.

De una forma u otra me llama enormemente la atención que se repita tanta aversión a un adorno milenario por solo estar en la oreja de un hombre. Muchos de los que vivimos en Cuba, después de tantos años de restricciones e interpretaciones en el tema social, donde lo mínimo tenía consecuencias ideológicas, pensamos, ahora confieso por error, que al llegar a uno de los lugares donde la palabra libertad y derecho se emplea casi a diario en los discursos oficialistas y también entre las personas comunes, nos libraríamos del estigma de ser evaluados por tener el pelo largo, poseer un tatuaje, usar determinado tipo de ropa, de escuchar determinada música e incluso tener uno o más objetos decorativos en las orejas.

Los dominicanos, al menos una gran parte de ellos, siguen viendo estos temas como no adecuados para el buen vivir y eso lo llevan a los centros de trabajo, estudio, etc. Tratan de aparentar ser personas modernas, actualizadas, sobre todo que viven a la par del mundo desarrollado, con Estados Unidos como referencia obligatoria, sin embargo siguen mirando y evaluando a las personas por lo externo, más que evaluando, siguen dividiendo o segmentando a las personas por objetos tan inofensivos como aretes, piercing, cadenas, etc.

Para muchos dominicanos, sobre todo los que transitan de verdad o mentira en los sectores más altos de la sociedad, puede parecer que los delincuentes del bajo mundo dominicano, siempre usan aretes y ropas extravagantes. Esto pudiera incluso ser cierto, sin embargo eso no significa que todos los que usen aretes, argollas u otros adornos sean delincuentes. Ahí la capacidad de discernir que no tienen.

Habría que ver qué pasaría si el Archivo General fuera visitado por un prestigioso y reconocido investigador norteamericano del National Geographic con un arete o argolla en una oreja. ¿Le prohibirían la entrada?, ¿Le ordenarían que se quitara el objeto de la oreja para poder investigar? Lo dudo. Habría que ver qué pasaría si de pronto un famoso general norteamericano visitara la República Dominicana y tuviera un tatuaje en una parte visible de su cuerpo. ¿Lo mirarían con mala cara y le dirían que no es digno de ser atendido?, ¿Lo enviarían de vuelta a casa por indeseable? Lo dudo.

Lo dudo porque conozco que la esposa de un funcionario diplomático norteamericano, la he visto en uno de los periódico nacionales, tiene un tatuaje en uno de sus muslos y todos los dominicanos que están fotografiados a su alrededor sonríen agradecidos de estar junto a ella. No hay nadie que tenga cara de disgusto. No hay nadie que se niegue a ser atendido o saludado por ella. No creo que alguno de los dominicanos invitados a las recepciones, los mismos quizás que sancionan o demeritan los tatuajes y las argollas para con los suyos, quizás el Director del Archivo, se niegue a ir a una glamurosa recepción en la Embajada de Estados Unidos por estar presente una mujer o un hombre tatuado o con aretes.

Todo esto me parece digno de lo real maravilloso del no agradable para mí, pero gran escritor cubano y mundial, Alejo Carpentier. Me cuentan algunos amigos dominicanos con los que he comentado sobre el tema, que ahora estamos mejor, se ha avanzado mucho. Me dicen que durante la época de Candelier como Jefe de la Policía Nacional, hace unos años atrás, los policías arrancaban violentamente los aretes y argollas en la calle a los jóvenes que las poseían. En realidad si era así, hemos avanzado mucho, mi hijo Jonathan sólo se mojó, quizás pudo darle gripe, pero conserva aún sus orejas intactas.

domingo, 12 de septiembre de 2010

¿CARGO DE CONCIENCIA AHORA FIDEL?

Antes de comenzar a desarrollar este nuevo artículo, quisiera aclarar que éste, mí blog, sigue teniendo el mismo objetivo con que fue creado, no pretendo cambiarlo, no pretendo convertirlo en un espacio exclusivo para el debate ideológico. He madurado sobre el tema Cuba, por lo que les pido a mis lectores que sean considerados. No obstante como he hablado de las frutas, los niños de la calle, los conchos, etc., es justo y hasta cierto punto para mí obligado, comentar sobre una noticia recién publicada en República Dominicana.

Ayer, 9 de septiembre de 2010, el periódico Diario Libre en su página 9 publicó una pequeña noticia donde dice que Fidel Castro admitió que el modelo económico del país ya no funciona. Esto, debo reconocer me conmovió o mejor podría decir, me encabronó.

Parte de los que me rodean, dicen no creer que la noticia sea cierta, están esperando que Cuba haga pública la información de forma oficial. Además prejuiciados por el manejo que a veces los medios hacen de la información y sobre todo apelando a la solidez histórica de la figura de que se trata, no creen que Fidel pueda decir tal desfachatez. Entonces he tratado de averiguar la objetividad de esta noticia antes de escribir y no he logrado encontrar ninguna fuente de información cubana que ratifique o desmienta esta información. Lo que no me resulta extraño, en Cuba se escribe y se lee oficialmente, lo que la oficialidad quiere. A diferencia, he encontrado muchas agencias noticiosas internacionales, periodistas y blogs e incluso he escuchado comentarios por la radio, que se hacen eco del asunto y todos coinciden en la esencia central de la información, independientemente de los detalles.

La historia es la siguiente. Fidel Castro invitó a un grupo de periodistas extranjeros para hablar de lo que él pronostica como una inminente guerra nuclear y la posibilidad de que Estados Unidos protagonice otra escalada guerrerista. El encuentro se realizó en el Acuario Nacional, no logro entender el por qué del lugar escogido, pero también sé que Fidel tiene sus excentricidades, quizás ahora esté estudiando biología marina y quiera enseñar al mundo sus avances en esta materia. Dentro del grupo de periodistas estaba Jeffrey Goldberg, quien trabaja para la publicación The Atlantic, el que en algún momento del recorrido, quiero imaginar que frente al estanque de los tiburones por lo de depredadores, preguntó a Fidel si el modelo de Cuba era digno de exportar a otros países, a lo que Fidel respondió que “el modelo cubano ya no funciona incluso para nosotros” y ésta pequeña idea que es una gran verdad de Perogrullo, dígala Fidel, yo o Harry Potter, es la información que se ha convertido en noticia, no creo que por su contenido, sino sencillamente porque llama la atención y puede resultar increíble que sea directamente de la boca del líder cubano.

Para los que no hayan vivido nunca en Cuba, se mudaron del país cuando eran pequeños en estos últimos 50 años o sencillamente vivían como miles de cubanos mintiendo o enajenados, es bueno decir que este “gran descubrimiento del 2010” ha sido la teoría de muchas personas capacitadas e incluso de una parte de ese pueblo desde hace cinco décadas. Realidad que fue casi siempre desconocida o sencillamente ocultada a partir de justificaciones y argumentos emitidos desde el poder, que por pura casualidad ostentó casi absolutamente el mismo Fidel.

Habrá que averiguar, cuántas personas fueron separadas de sus cargos políticos, de sus trabajos, de sus estudios, por sencillamente atreverse a pronunciar frases, incluso menos elaboradas y más simples que ésta que ocupa al mundo hoy. Habría que averiguar a cuántas de las personas que hoy están cumpliendo privación de libertad, se les sancionó por mantener esta idea. Habría que recordar a cuántos cubanos se les tildó de gusanos, traidores y sobre todo de tener serios problemas ideológicos por darse cuenta de lo que sucedía y querer, incluso desde posiciones patrióticas, o sea, de amor a la patria cubana, cambiar la realidad que se vivía.

Ser una persona con problemas ideológicos, se convirtió en la justificación más utilizada por muchos, incluso por los oportunistas, demagogos, descarados, guatacones o lambones en dominicano, etc., para sacar del camino a personas que sencillamente pensaban, se resistían a actuar como carneros, se negaban a aceptar y asumir las cosas porque eran designios divinos. Lo de problemas ideológicos se llegó a convertir en un tatuaje que sin verse en la piel, marcó a muchos cubanos, donde me incluyo, imposibilitándoles acceder casi a la vida.

El llamado modelo económico cubano, que sin entrar a teorizar mucho, fue una adaptación caribeña-fidelista, por muchos momentos caprichosa, del modelo económico soviético, que ya había sido una adaptación de lo que Marx, Engles y Lenin habían dicho, en realidad nunca funcionó coherentemente. El llamado modelo económico cubano, más que modelo ha sido una prueba constante, un laboratorio de ensayos y más ensayos que trataron de inventar lo que a todas luces no tenía invento. Me viene a la memoria ahora la historia de la vaca de Fidel “Ubre Blanca” y sus más de 100 litros de leche diarios, aún disecada y expuesta como muestra de lo que sería una vaca revolucionaria. El modelo económico cubano, que me niego a reconocer como modelo y mucho menos exportable a otros pueblos, fue desde siempre un fracaso.

Fidel y sus muchachitos, eran políticos, algunos de ellos con preparación teórica, jóvenes con inclinaciones sociales, con ganas de cambiar los males en este orden que existían en Cuba, pero muy pocos de los muchachitos e incluso el mismo Fidel, sabían nada de economía. Cuentan los que la vivieron en esa época y algunos libros de historia de los más antiguos, que Cuba era una taza de oro en 1959, que La Habana, por su movimiento e iluminación a las 10 de la noche parecía que era de día, los edificios y las tiendas que exhibía eran de los más modernos del mundo, la agricultura y la ganadería eran prósperas, las personas, ricas y pobres, comían, muchas personas luchaban diariamente por sobrevivir, pero sobrevivían sin tener que delinquir, sin tener que vivir del dinero que venía de un familiar o amigo del extranjero. Era la época que el cubano viajaba a Estados Unidos a comprar, a visitar, incluso a trabajar, pero no se quedaba. Era la época en que un dólar y un peso cubano tenían el mismo valor.

Entonces ese modelo, que desde el punto de vista social es cierto que tiene sus logros, desde el punto de vista económico ha sido desde el primer momento desastroso, improductivo, ineficiente, etc., llegando a exhibir hoy un gobierno que no puede producir de forma estable lo más mínimo para entregar a su pueblo. Fidel durante su gobierno contó con, primero el apoyo total del llamado campo socialista con la URSS a la cabeza, baste decir que más del 85% de lo que se consumía en Cuba llegaba de ese origen. Segundo contó con la maravilla de su personalidad atrayente, su innegable gran capacidad de trabajo, su gran preparación, sus habilidades y maniobras para la política, la diplomacia, su buena intención y su maldad, etc., lo que le garantizó apoyo de no pocos pueblos y gobiernos del mundo. Tercero contó con el apoyo, casi embobecido, de una gran parte de los cubanos que se sumaron voluntaria a la idea de construir una patria nueva. Cuarto, contó con el absoluto poder, tan absoluto como jamás se haya visto y al final de su carrera dejó un país en ruinas, no solo económica, sino social, lo que es mucho más serio. Entonces no creo que su sucesor pueda hacer absolutamente nada, por lo que cada “nueva” medida tomada, de esas que ya se han inventado muchas veces en estos últimos 50 años, solo lograra desgastar, destruir, disgustar más a un pueblo que ya no cree, que ya no puede seguir esperando, que en una gran parte solo aspira a escapar. El modelo económico de Cuba nunca fue exportable, porque sencillamente no existe ningún modelo.

Ahora quisiera imaginar a los funcionarios cubanos, los ideólogos de ese sistema político, corriendo para organizar reuniones para evaluar, interpretar, e incluso sancionar a Fidel, por tener casi al final de su carrera política, “problemas ideológicos”, claro que ya no lo podrán separar, pues en realidad separado está.

Es justo decir que hoy, 12 de septiembre, me acabo de enterar de una noticia, no la he visto personalmente, que dice que Fidel se reunió con jóvenes universitarios, para decirles entre otras cosas, imagino sin mucha importancia, que la información que está circulando en el mundo ha sido una mala interpretación de sus palabras. Este procedimiento también muy utilizado para dejar o cambiar una imagen, quizás para mantener alto el rating, hace que se busque a un grupo de personas, con o sin ganas e interés de escuchar, con o sin conocimientos de lo que se va a decir y se les utiliza, tal como dice Carlos Varela, solo como “telón de fondo”. Ahora quizás mis amigos estarán contentos, ellos ganaron en eso de que Fidel nunca diría una cosa igual, al menos oficialmente.

lunes, 30 de agosto de 2010

“Ya ustedes son nuestros”

Ayer, mi mujer y yo hacíamos una visita el supermercado Bravo que está en la Avenida Sarasota. La visita, como parte de nuestra vida semanal tenía un solo objetivo, comprar el tinte de pelo para mantener las canas ocultas que pueden delatar la edad de mi acompañante. Ese objetivo repetido una y mil veces varios días antes, deja de ser cierto tan pronto pisamos la instalación y es inevitable caminar y caminar los pasillos para “ver qué hay de nuevo” JAJAJAJA.

Nos encontrábamos entonces parados frente al lineal donde se encuentran las galletas haciendo toda una tesis que versaba sobre la calidad entre las galletas de soda Hatuey y Aviva. La experiencia que tenemos es que las segundas están ahora mismo mucho mejor. Cuando llegué a República Dominicana me afilié a las galletas Hatuey porque eran las que consumían mi hija y yerno. Con el paso del tiempo, a mi parecer, esas galletas han ido perdiendo calidad y la empresa que las produce ha ido perdiendo responsabilidad sobre la presencia de su producto en un supermercado. La última vez que las compramos estaban todas viejas, como diríamos en Cuba, “socatas”.

En fin, estábamos entretenidos, ya con el tinte en la mano, en estos análisis basados además en algunos previos conocimientos de marketing, cuando de pronto una señora bajita, dominicana, que pasaba por nuestro lado empujando un carrito con algunos productos, al escuchar nuestra conversación, giró un U y sin ningún tipo de protocolo nos comenzó a dar su opinión sobre el tema galletas de soda, no como una experta en el tema, sino sencillamente como una mamá que explica a sus hijos. Nos explicó que a su esposo le habían gustado siempre las galletas Hatuey, que durante muchos años esas habían sido las que había consumido, pero que luego de probar las Aviva, las saladitas, se ha convertido en fanático de ellas. Hoy no quiere otra galleta.

El encuentro duró cinco minutos agradables, la señora evidentemente sentía placer con ayudar. Al despedirnos, ya con las galletas Aviva en nuestras manos, la señora con una curiosidad hasta cierto punto medio picaresca nos preguntó: ¿Son ustedes extranjeros? A lo que respondimos Si, somos cubanos, pero vivimos aquí desde hace ya algún tiempo. Ella entonces, sonrió, con una de esas sonrisas dulces y cariñosas que trasmite una buena madre o abuela a su descendencia y nos dijo, “YA ESTAN AQUÍ, YA USTEDES SON NUESTROS”

Gracias, gracias, despedidas y cada cual siguió su camino. Nosotros a pagar, ya llevábamos el tinte y otras cosas más, de las no planificadas que complicaban nuestro presupuesto. Ella, imaginamos continuó en la búsqueda de sus productos, entre los que de seguro se encontraban los que prefería su esposo y en busca de otras personas a las que ayudar o con las que compartir experiencias.

Las últimas palabras pronunciadas por la señora, de la que no hizo falta conocer su nombre, nos hicieron reflexionar durante todo el camino de regreso y agradecer enormemente esta realidad. Es un hecho común al que ya estamos acostumbrados. En cada esquina de éste país, cada persona que se tropieza con nosotros, al detectar – enterarse de nuestra procedencia, empiezan a darnos cariño, no ocultan la amistad, la consideración, hasta cierto punto la admiración y respeto que sienten por nosotros los cubanos. Igual debe haber personas que no nos soporten, por …, pero debo reconocer que en mis casi tres años de vida aquí, no me las he tropezado. No deben existir muchas porque tampoco mis amigos cubanos han tenido esa experiencia negativa, que hasta cierto punto hubiera resultado desagradable.

Como he escrito anteriormente en algunos de mis artículos, encuentros como este, casuales, no planificados, con personas comunes, sin interés alguno, en un concho, en un colmado, en cualquier calle o esquina, a pesar de todos los problemas, algunos de ellos muy graves, con los que tenemos que convivir todos los días, robo, violencia, muertos, asaltos, droga, corrupción, etc., hacen de esta nación, una lugar agradable y bueno para vivir.

viernes, 27 de agosto de 2010

Niños en la Calle.

En estos días escucho por la radio en el programa Gobierno de la Mañana, un mensaje de la Dirección de Migración sobre los niños que se encuentran en las calles dominicanas, sobre todo en los semáforos, y un llamado a no entregarles dinero. Dice el anuncio que de esa forma no se resuelve el problema, todo lo contrario, se estimula algo que en realidad está mal. La intención me parece necesaria y muy buena. Ojalá tenga además detrás una acción de las autoridades que logre borrar esa imagen dura e incluso desagradable y que no se quede solamente en la buena intención.

No creo que el fenómeno sea nuevo ni exclusivo de República Dominicana, pero lo cierto es que después del terremoto en Haití las principales intercepciones de la ciudad de Santo Domingo se han llenado de niños, incluso muy pequeñitos, mujeres con bebitos en brazos, otras embarazadas, que piden dinero a las personas que van en autos mientras se detienen en los semáforos, a veces, o casi siempre, jugándose la vida dentro de la locura con que vive el tránsito en la ciudad, no importa si llueve a cántaros o hay sol, no importa si es de día o de noche. También hay niños dominicanos, pero es justo decir que en menor escala y en líneas generales, no piden dinero, tratan de venderte algo o limpiarte, a veces ensuciarte, los vidrios del auto, cosa que para nada es justificable tampoco.

Los que nacimos en Cuba después de 1959 no estamos acostumbrados a esa realidad, no la vimos en nuestro crecimiento, al menos yo no la vi y entonces nos choca mucho, independientemente de que conocíamos que existía fuera de la Isla. No es que Cuba fuera un sitio ideal, ni que no existieran problemas de todos tipos, pero lo cierto es que la niñez estuvo durante muchos años priorizada, todavía hoy se trata de priorizar y el Sistema de Seguridad Social establecido, trataba de controlar y buscar una solución para las personas llamadas “de la calle”, lo que hacía que fueran bien pocas. Una de las cosas que más el gobierno cubano pregonaba para demostrar lo bien que se vivía bajo el régimen comunista era la propaganda sobre los llamados niños de la calle en todos o casi todos los países de América Latina y siempre existían los cuentos de los que viajaban, familiares y amigos, por funciones de gobierno, que ratificaban esta realidad.

La infancia cubana, en líneas generales, vivió al margen de estos problemas comunes de los países pobres. Es cierto que por momentos, o muchos momentos, no había el juguete más moderno y lindo, que todos nos vestíamos parecido, pues la oferta de ropa en las tiendas era limitada, que los lugares para pasear eran bien pocos, que ir a la playa significaba solo arena, sol, agua salada y alguna comida traída de la casa, que las golosinas no abundaban, etc., pero no recuerdo la imagen de niños que pedían limosna en las calles, no tuve nunca un amiguito que viviera esa realidad.

Luego, con la aparición del triste célebre “período especial” y la gran crisis económica comenzaron a aparecer algunas de estas manifestaciones y otras más complicadas. Sobre todo en los lugares vinculados al turismo, se veían personas tratando de buscarse algunos dólares, vendiendo cosas como suvenir, cuidando los autos que se parqueaban y algunos niños que, enviados o no por sus padres, pedían no creo que para comer o comprar medicinas, sino para comprarse un refresco, unas galleticas o caramelos en las tiendas habilitadas por el gobierno para el consumo en divisas. La infancia, las golosinas y los juguetes, no entienden de ideologías.

Durante algunos años trabajé como historiador en el Museo de la Ciudad del Casco Histórico y puedo asegurar que en mis recorridos por las calles de la Habana Vieja con grupos de turistas, en ocasiones algún que otro niño se acercó a mí para pedirme dinero. También recuerdo las imágenes de algunos turistas, no muy bien intencionados, que llamaban a los niños y tiraban las monedas al aire para provocar que se revolcaran en el piso, como en las tradicionales piñatas en los cumpleaños infantiles. Recuerdo que la idea de los niños pidiendo en esas calles visitadas por turistas extranjeros llegó a convertirse en un problema para el gobierno y sobre todo en una tarea “priorizada” a resolver por las autoridades competentes de la zona. Sobre esto tengo una anécdota, hasta cierto punto vulgar y brutal, pero que puede demostrar la preocupación por un tema tan sensible como este, pues desmentía aquello de la niñez feliz en la Cuba Socialista de Fidel.

Estando yo un día en el Museo, fui encargado por el mismísimo Eusebio Leal, para enseñarle la Habana Vieja a un grupo de turistas puertorriqueños interesados en nuestra historia. Los recibió Leal como de costumbre hacía con algunos visitantes, me los pasó y salí a caminar. Mi primera impresión fue que era un grupo un poco extraño. Mujeres muy gordas o muy flacas con el pelo desteñido y mal peinado, hombres vulgarmente adornados con camisas abiertas, chancletas, cadenas y manillas de oro extremadamente visibles, etc. No era la imagen de turistas interesados en la cultura y la historia, pero …

Comencé mi recorrido, luego de escuchar de la boca de algunos de ellos que eran desempleados y que viajaban como turistas con la ayuda económica que su gobierno les daba, cosa que me maravilló. Hablaban extraño, como forzando el español. Durante todo el viaje, yo interesado por la historia y ellos interesados en los niños que pedían dinero, los llamaban, les daban caramelos, los hacían bailar, etc. Me comenzó a llamar la atención, un “turista” gordo que sudaba a chorros y que no sacaba la mano de un enorme maletín que llevaba consigo. La imagen del pobre gordo y el trabajo que pasaba tratando de resolver algo dentro del maletín, ahora me hace reír. Fin del cuento, terminé mí recorrido medio disgustado, la idea del entretenimiento con los niños me parecía una falta de respeto a mi interés por dar a conocer nuestra cultura. Concluí que casi ningún “turista” del grupo me escuchó, los despedí en la puerta del museo y me pregunté por qué me pasaba a mí esto.

Días después fui mandado a buscar a la Dirección y pensé, ya viene el regaño. Pero no, no era para regañarme, mi Director me orientó que tenía que repetir la visita con el mismo grupo. ¿Quéeeeeeeeeeeee?, pregunté asombrado. No le quedó más remedio que confesarme lo que hasta ese momento había sido casi un secreto de estado. El grupo no era de turistas, mucho menos puertorriqueños, ni les interesaba para nada la historia. Eran especialistas de una de las direcciones del Ministerio del Interior de Cuba que hacían una investigación sobre los niños y adultos que pedían dinero a los extranjeros, para poder presentar un informe y tomar determinadas acciones. El gordo, pobre el gordo, tenía una cámara dentro del maletín para fotografiar, que al final se descompuso y no pudieron recoger imágenes para adornar - acompañar el informe. Como es de suponer, en ese momento con conocimientos de causa, me negué a volver a dicho “vía crucis” pues me sentí engañado vulgarmente. Otra “compañera” fue designada para la “alta misión”, no recuerdo exactamente si cambiaron al gordo o trajeron mejor técnica. En aquel momento la idea me pareció brutal, no había que montar tal espectáculo para demostrar lo que se quería, pero de una forma u otra, vista desde lejos, tenía la intención, quizás mal estructurada pero buena intención, de conocer sobre un asunto que se estaba imponiendo en las zonas vinculadas al turismo y tomar alguna medida para que esto no ocurriera.

La situación de los niños en la calle, es bien fuerte para todas las partes. Primero y sobre todo para los niños que se convierten en adultos maltratados por la vida desde muy temprano y literalmente se la juegan en las calles. Segundo, para los ciudadanos comunes que frente a la realidad de tener a un niño, a veces muy pequeño, tocándote el vidrio de la puerta para pedir dinero, con su carita media triste, media sucia y la sonrisa que muestra como agradecimiento por recibir 5 ó 10 pesos, los pone en la disyuntiva de dar o no dar. Tercero, para cualquier gobierno democrático, defensor de los derechos civiles, moderno, pues la imagen de personas vendiendo cualquier cosa o a veces con limitaciones y deformaciones grandes, físicas y mentales, pidiendo dinero y sobre todo la presencia de niños dominicanos o haitianos, pero niños, tirados en las calles todo el día, echa por tierra hasta el más elegante de los discursos

He conversado mucho sobre este tema con los que me rodean. Se habla, sin pruebas sólidas, de que esos niños no son independientes, sino que detrás de ellos existen bandas organizadas de adultos que los manejan depositándolos en las calles de la ciudad y por supuesto quitándoles el resultado de su “trabajo”, se dice incluso que muchas veces los bebitos que se exhiben en los brazos, no son de las supuestas madres, sino que, como objetos o herramientas de trabajo, se les entregan a algunas mujeres para hacer más patética la imagen de la necesidad. Cuánto crimen. Hay personas que se quejan, con razón, porque si movido por la lástima o compasión entregas 5 pesos en cada semáforo a un niño, terminas gastándote el salario del mes en esa acción noble y entonces no podrás cumplir con tus compromisos, quizás esto sea exagerado pero refleja la cantidad de personas que piden y la frecuencia con que lo hacen. Si pasas cinco veces por la misma esquina, cinco veces tendrás a un grupo de personas que te piden, te quieren vender algo o te entregan cualquier cosa a cambio de una ayuda.

Luego el tema que para mí como cubano fuera bien fácil de solucionar, tiene muchas aristas hasta cierto punto bien complicadas. Me comentan muchas personas que el hecho de recoger y deportar a esos niños haitianos, pudiera desatar una enorme ola de críticas de países vecinos y organizaciones civiles mundiales a República Dominicana y que podría echar más leña al fuego histórico y eterno que existe entre las dos naciones que ocupan esta Isla. Pudiera ser que al intentar acabar con esas supuestas bandas de adultos que negocian con niños, se afecten algunos intereses mayores, que no interesa afectar por el momento. La idea de recoger, organizar, trasladar, darles protección a esos niños, pudiera convertirse en una vía para que otros niños buscaran dicha protección y entonces el problema se hiciera crónico e inacabable, teniendo las organizaciones dominicanas que trabajar indefinidamente con este tema. La realidad es que no se trata de un niño, ni de diez, sencillamente se trata de cientos, si cientos de ellos que amanecen todos los días tirados en las calles de todo el país.

Es triste que frente a una realidad tan urgente, existan tantas variantes que impidan resolver el tema de una vez y por todas. Es triste que las personas de bien y sensibles, no puedan hacer ya más nada. Es triste que la idea que se imponga sea no entregar dinero a los niños, no porque es incorrecto, insano, deformante o porque no soluciona el asunto, sino porque detrás de esos niños existen “bandidos” que trafican con su necesidad, ignorancia e inocencia y que de momento no se pueda hacer nada con esos bandidos.

Hay llamados de iglesias y organizaciones a no entregarles dinero a esos niños, pero frente a la dura realidad que padecen, cambiar el dinero por alguna golosina, algo de comida, algún líquido, para al menos ayudar ese día, en ese momento, al que sufre.

Ojalá el mensaje de la Dirección de Migración no se quede en solo mensaje. Ojalá las organizaciones e instituciones dominicanas descubran una manera de resolver el tema de forma estable, sin que esto provoque más desencuentros entre los dos países vecinos. Ojalá sobre todo desaparezcan esos niños de la calle, no como resultado de esconderlos, detenerlos, etc., sino porque se les ha garantizado un futuro estable, sólido y duradero. Sé que es difícil, no creo que se resuelva como por arte de magia, conozco que existen personas e instituciones en el país que trabajan para mejorar y resolver este gran problema. Yo entonces recomendaría aunar esfuerzos para hacer algo más y hacerlo cuanto antes.