miércoles, 30 de junio de 2010

Frutas Tropicales Dominicanas


He sido hasta cierto punto criticado por una amiga, Lissette, que me escribe diciéndome que me he dedicado a hablar sólo sobre las cosas malas que veo y que ha faltado en mis anécdotas y reflexiones, un poco o mucho de agradecimiento a República Dominicana. No estoy muy de acuerdo con esto, pero puedo llegar a entender este sano señalamiento, pues el hecho de ser yo un cubano que habla sobre dominicana, es arriesgado y sé que puede crear cierto ruido en el sistema.

Entonces para complacer a Lissette y sobre todo complacerme a mí mismo, escribiré hoy sobre algo lindo que tengo pensado desde hace tiempo. Hay tres cosas que me llaman mucho la atención diariamente. El tráfico y la forma alocada y agresiva con que manejan una gran parte de los dominicanos de ambos sexos. Las armas de fuego que, tal como si fueran caballeros medioevales, exhiben los dominicanos en sus cinturas y autos, de lo cual no hablaré ahora para no disgustar más a Lissette. Por último, algo aparentemente simple, cotidiano y quizás inadvertido para muchos, las carretillas con frutas tropicales que adornan diariamente cada una de las esquinas y calles de nuestra Ciudad.

Al ser cubano de Cuba, lo recuerdo porque conozco que existen hoy llamados cubanos de Miami, Madrid, Roma, el Cairo, incluso de Sidney, Australia y Juneau, Alaska, etc., ¿¿¿¿¿¿???????, podría parecer ilógico que me sienta fascinado por estas carretillas, a veces mal hechas, a veces medio destruidas, muchas administradas hábilmente por ciudadanos haitiano, que exhiben y venden frutas tropicales, porque Cuba es un país que está muy cerca de Dominicana, tiene un clima bondadoso que entrega casi 11 meses de puro verano anualmente y una tierra extremadamente fértil desde que fue descubierta en 1492 por los españoles, imagino que desde mucho antes.

Dicen los historiadores dedicados a esclarecer aquellos años que una de las cosas que más impresionó a los colonizadores fue precisamente la variada y exuberante vegetación que iban descubriendo en sus movimientos por la Isla. Impresión que quedó plasmada en las referencias a las frutas tropicales que siempre aparecen durante la vida colonial en las arte, literatura, pintura, música, grabados, esculturas, arquitectura, herrería, etc., y cuyos ejemplo más vivo que recuerdo hoy son El Templete, pequeño templo de estilo neoclásico construido en 1828 para homenajear el último asentamiento de la ciudad de La Habana que incorpora la piña, la reina de las frutas, como parte importante del diseño arquitectónico y la Fuente de la India, esculpida en 1837, en donde la figura de una joven aborigen cubana sentada en posición serena, muestra en su mano izquierda una cornucopia o vaso en forma de cuerno que representa la abundancia, lleno de frutas criollas cubanas.

Sin embargo, el tema carretillas con frutas me llama enormemente la atención y crea en mí una gran admiración, no lo puedo ocultar, más que las torres comerciales, autos modernos, negocios, etc., que se encuentran en todo el país y que son muchas veces solo más de lo mismo. Estas carretillas y su colorido, increíblemente organizadas tal como si fueran resultados de un artista de la mano, me recuerdan siempre a mi cuñado y mi hermano más que cuñado Cosmito, quien disfruta y valora la belleza que crea la combinación de colores dentro de la comida diaria.

Puedo asegurar que he visto a muchos dominicanos de a pie, por lo que asumo que es bien fácil y otros de yipetas, por lo que asumo que no importa el status económico, detenerse en una de estas carretillas y comerse una piña entera o la mitad de una fruta bomba, lechosa para los dominicanos, con la naturalidad que se respira en las madrugadas sin darle órdenes a los pulmones para que respiren. Puedo asegurar que he comido más plátanos de fruta maduros, guineos para los dominicanos, increíblemente lindos y dulces, en estos casi tres años, que en toda mi vida. Puedo asegurar que en más de una ocasión me he detenido a observar – aprender como esas personas que venden las frutas, pelan magistralmente en el aire una piña, quitándole todo lo que podría afectar la belleza de su dulce masa. Para colmo puedo asegurar que mi yerno Yordán con mucha frecuencia en las mañanas me ofrece un exquisito batido de mamey o de mango, si, batido de mamey o mango, que casi me hace llorar en el horario de desayuno.

Plátanos de fruta maduros, mamey, piña, aguacate, chirimoya, guanábana, un sencillo vaso de guarapo o jugo de caña como aquí le dicen, e incluso un mango, por solo citar algunos, son productos también de esa tierra fértil cubana, que se han convertido en lujos para los cubanos en Cuba tal como si se tratase de caviar, salmón o atún. Una piña o un aguacate, además de no abundar, pueden llegar a costar hasta 20 pesos cubanos. No sería mucho dinero si el salario promedio no estuviera más menos en 200 pesos, según mi apreciación, por lo que hablo de que comerse una lasca de aguacate dentro de una familia de 4 personas, o una rodaja de piña puede significar el 10% de un salario “proletario”, o sea, un verdadero lujo.

Recordamos hoy con cierta jocosidad, aunque a veces nos disgustáramos, que mi mujer congelaba la piña conseguida después de pelada, pues estaba destinada a tal o más cual comida especial y que la única forma de acceder a ella, o sea, a la piña, era robándonos, mis hijos y yo, algunos pedazos para comerlos casi a escondidas, corriendo el riesgo de ser “altamente” requeridos por la administración.

Recuerdo, que casi no recuerdo cuándo fue la última vez que comí mamey en Cuba y que de aparecer los precios eran extremadamente altos, casi prohibitivos. Ni hablar del llamado cocktail de frutas, pues casi nunca se llegaba a acumular el número necesario de frutas para hacerlo y que pareciera un cocktail.

Casi recién llegado, tuve una conversación con un empresario cubano que estaba aquí de paso por trabajo, ya imaginan. El compañero desde una posición bien mesurada y profesional, trataba de explicarme las ventajas del comercio con Cuba y la seguridad de aquella economía. Después de aguantar disciplinadamente sus argumentos, apelé a las carretillas de frutas tropicales que veía en cada esquina para darle una pequeña lección. Le dije, amigo, Cuba debe ser el país que más ingenieros y técnicos en especialidades agropecuarias tiene en el mundo. Además existen muchos laboratorios e investigadores dedicados todo el día a tratar de producir y mejorar muchas cosas, ejemplo, una rana que tenga pelos, poseemos la misma tierra fértil que descubrió y admiró Colón y desde 1959 poseemos una economía centralizada, organizada, planificada, combinada y equilibrada con un solo dueño o jefe, entonces cómo es posible que comerse un tostón de plátano macho sea algo extraordinario, les comento que los plátanos machos, desaparecieron absolutamente tal como si vinieran de la antigua Unión Soviética, cómo es posible que la yuca, que ya comían mucho los indios cuando llegaron los españoles, se haya convertido en un plato exclusivo del 31 de diciembre, cómo es posible que la comida tradicional cubana, aquella de arroz, frijoles negros o congrí, yuca con mojo, tostones y carne de cerdo asada, se haya convertido en un plato histórico, solo para fines de año y obviamente para vender a turistas extranjeros, lo que resulta una redundancia, porque las categorías turistas y nacionales no se combinan en Cuba, siendo el cerdo además de origen canadiense.

Para sustentar mi planteamiento y demostrarles que estábamos embarcados como economía, entre otras cosas, precisamente le decía que República Dominicana, con menores niveles culturales y educacionales, con síntomas de pobreza más que evidente, con muchos menos ingenieros, técnicos, especialistas, con una desorganización productiva enorme, con mucha menos tierra y sin tantos laboratorios e investigadores, interesados en los pelos de las ranas, era capaz de poner en cada esquina de forma ininterrumpida, llueva, truene o relampaguee carretillas llenas de frutas a precios tales que los dominicanos de a pie puedan pararse y comerse media fruta bomba, una piña, tres plátanos diariamente o varias veces al día, o sencillamente cargar y cargar para la casa.

¿La cara de la persona se transformó? Quizás porque su alta preparación y lógica estaban encaminadas a pensar en los grandes problemas económicos y las especiales estrategias especiales, pero la idea de cómo garantizar plátanos, mangos y mameyes, se le escapaba de la mano. Eso tenemos los cubanos, somos capaces de saber cómo se resuelve el tema de la droga en el planeta, tenemos planes para erradicar el hambre mundial, sabemos cómo distribuir y obviamente acabar con la riqueza de los ricos, estamos al tanto de lo que está pasando en los planetas Marte y Júpiter, que de hecho debían declararse socialista, pero …, qué ha pasado con los plátanos en Cuba y sobre todo cuando los volveremos a comer fácilmente, son temas menores sin importancia.

Salgo a la calle todas las mañanas y a pesar de mis tres años aquí, inevitablemente me sigo quedando admirado por esas carretillas. No se pueden dejar de ver, pues están, casi literalmente, en todas las esquinas. Todos los días llenas de frutas nuevas, todos los días llenas de nuevos colores que tanto gustan a Cosmito. Lo que me hace, siguiendo el consejo de mi amiga Lissette, sentir admiración por este pueblo que, en silencio y no sin problemas, ha sido capaz de sacarle a la tierra estos productos, para que hoy formen parte verdadera de la cultura y tradición de todos los dominicanos.

viernes, 25 de junio de 2010

Así somos los CUBANOS

Un amigo me ha enviado un artículo escrito por el periodista mexicano Víctor Mona, que se suma a los muchos que ya existen sobre el mismo tema. Me parece muy bueno, sobre todo porque denota un conocimiento bastante exacto de cómo somos, pensamos y vivimos los CUBANOS. Desde aquí agradezco al periodista por el respeto y admiración con que nos define y hasta cierto punto nos defiende.

Lo reproduzco completo a continuación, evidentemente me gusta, lo que me evita hablar de nosotros mismos y facilita entender a los que todavía no nos conocen, que obviamente deben ser muy pocos. JAJAJAJAJAAJ.

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"Los cubanos salen de una isla pequeña y se han diseminado por todo el mundo. Uno es profesor en una universidad de Australia; otro, inauguró en Alaska un restaurante. Nada los detiene, ni el frío ni el calor. Los seduce el trópico de la Florida, pero soportan igualmente a pie firme los hielos de Boston y Nueva York. No mendigan, trabajan. Los que en Cuba eran pobres, aquí son ricos. Los que allá eran medio pelo, aquí son pelo y medio. Ningún obstáculo detiene su laboriosidad beligerante si la oferta es digna. Uno es rector de la Universidad; otro, maquilla muertos. Cambian, pero sólo en la superficie. En Miami siguen jugando la bolita (lotería Prohibida), peleando gallos a escondidas y enviando los hijos a la escuela privada. En Madrid, están contra José Luís Rodríguez Zapatero, en Caracas, contra Hugo Chávez y en Argentina contra Cristina Fernández de Kirchner, siempre en la oposición. Se les critica y se les envidia pero en el fondo se les admira. Gallegos por el trabajo y judíos por la voluntad de sobrevivir, constituyen una legión empecinada que no se deja ignorar. Traen su música calurosa, el ruido de sus tambores, los frijoles negros y el bistec de palomilla con moros y maduros. Pero traen sobre todo la simpatía, la cordialidad y la laboriosidad. ¿Quiénes son? Son los cubanos del destierro, la única población mundial trasplantada, que (salvo los hebreos) en más de un tercio de siglo no han perdido su identidad. Los que admiraban a Cuba desde lejos como ejemplo supremo de pujanza latinoamericana, los que veían a Cuba como un milagro étnico y cultural, donde todo parecía un relajo pero todo funcionaba bien, ya no tienen que ir a Cuba para conocerla! . Aquí la tienen dentro de los mismos Estados Unidos. Esta es Cuba. Estos son los cubanos. Exagerados, fanfarrones, ruidosos, sí, pero también intensos, profundamente creadores y buenos amigos.. ¿Y qué no han hecho en estos 50 años de destierro los cubanos para poder sobrevivir con dignidad? Cuál actividad manual o intelectual no han ensayado en éste o en aquél país, por complicada que pareciera, lo han realizado para no quedarse detrás, para no dejarse discriminar. En alguna de esas actividades han llegado tan lejos que superan a emigraciones que los precedieron por cerca de medio siglo No hay hospital en Estados Unidos donde no haya hoy un médico cubano. No hay periódico donde no haya un periodista cubano, ni banco donde no haya un banquero cubano, ni publicitaria donde no haya un publicitario cubano, ni escuela donde no haya un maestro cubano, ni universidad donde no haya un profesor cubano, ni comercio donde no haya un manager cubano. En las Grandes Ligas del béisbol sus nombres también brillan. En Madrid, el primer poeta latinoamericano es un negro cubano. En la Coca Cola, Kellog's, McCormick, Pepsi Cola y tantas otras su dirigente es o fue un cubano. En el Congreso de Washington hay cinco cubanos, en el Senado Federal se sientan tres cubanos, el Ministro de Comercio de E. U. es un cubano, la Viceministra de Salud es una doctora cubana. Caramba, son unos pocos en éste país y llegaron hace muy poco tiempo.. En las tierras prestadas del extranjero parecen llevar siempre en la frente la marca del sitio de donde vienen. Los cubanos llevan a Cuba. La enaltecen y la honran, porque además de en la frente la llevan en el corazón. Pero hay algo en el desterrado cubano, a mi juicio, superior a esa actividad profesional triunfante, y es su odio al despotismo del que huyen, su amor a la tierra que dejaron. Eso lo separa y lo define. Eso da a sus triunfos en medio del desarraigo, una grandeza que de otro modo no tendría. Se han afincado definitivamente en estas tierras hospitalarias que los han acogido y donde viven en lo material muchas veces mejor que como vivían en Cuba. Aun teniéndolo todo, si les falta Cuba, no tienen nada. Quizás por ello han hecho su Cuba aquí. Por eso, si se le mira bien, se verá que a veces parece que el cubano ríe, pero en realidad ésta llorando por dentro. Le nace el hijo, le crece, se le gradúa en la Universidad, pero el cubano suspira. ¡Ay, si estuviera en mi Cuba!.. Compra una casa, un auto, o una lancha y sigue suspirando.. ¡Ay!. ¡Si todo esto lo tuviera en Cuba! De una manera misteriosa, que no puede definir hay un vínculo con aquello que tira de aquí hacia allá. Ahora que perdió a su país, sabe que no puede vivir sin Cuba, y la sueña de noche, y le agiganta los valores y la embellece y la idealiza, y se culpa de no haberla entendido mejor, y la recrea en sus cantos y bailes, y la revive en sus historias en sus costumbres y en sus comidas.

¿Por qué compran hoy los cubanos más libros cubanos que nunca? ¿Por qué tienen sus casas, sus negocios y sus oficinas llenas de palmas, de banderas, de escudos y de retratos de José Martí? ¿Por qué aunque sean USA citizens SIGUEN SIENDO CUBANOS? ¿Por qué se reúnen en sus municipios formados en el exilio, borrando antiguos antagonismos de partido o clase? Porque el cubano sabe que lo único auténticamente suyo fue SU CUBA y que a ella quisiera el poder regresar. No les preocupa que le devuelvan la residencia o el negocio, si lo tenían. Lo único que desean es volver a su tierra. La casa donde nació está destruida, al pueblo se lo han puesto desconocido, la madre ha muerto. Pero no importa. El exiliado cubano quiere de todos modos ir a esa casa, a ese pueblo y a esa tumba. La Patria empieza ahí...."

jueves, 24 de junio de 2010

Increíble por lo de loco, pero cierto.

Tengo preparado un artículo para su lanzamiento mundial sobre los errores gramaticales y faltas de ortografía en los anuncios publicitarios que aparecen en Santo Domingo, pero acabo de escuchar una noticia en la TV de boca de mi coterráneo, el periodista Cavada, que bien merece que comente. Como este espacio es para Dominicanear, cambiaré mis planes, no por la gran importancia que tiene la noticia para el quehacer dominicano, no va a cambiar nada por el incidente, sino por lo inusual, extraordinario y hasta cierto punto alocado de la historia.

Para los dominicanos, quizás no sea algo a contar, acostumbrados ya a estas cosas que pasan. Recuerdo que mucho más alarmante como historia fue cuando llegué aquí la noticia y video completo en YouTube, donde una familia con niños incluidos, atacaron, si atacaron la morgue de un pueblo armados de piedras y palos, para robarse el cadáver retenido de un joven familiar. Lo sacaron en plena noche y después de una gran maniobra lo acostaron atravesado, ya tieso, en una motocicleta pequeña, entre el chofer y una muchacha extremadamente decidida y lo pasearon por todo el pueblo hasta llegar a la casa de la familia para velarlo y luego enterrarlo, pienso yo.

Para mis amigos y familia en USA y México, quizás la noticia que voy a comentar tampoco sea nada impresionante, pues aunque de otra naturaleza, en sus países de destino ocurren cosas parecidas o peores. Sin embargo para el Chino y Any, mis hijos postizos, que escogieron como destino mudarse para la linda y tranquila ciudad de Braga, Portugal y para mis amigos y familia que todavía están en Cuba, estoy seguro que el cuento resultará increíble.

Portugal, desconozco cómo funciona el sistema policía y judicial, pero de seguro debe ser lindo y tranquilo. JAJAJAJAJAJA, para los de Cuba, será difícil de entender y creer, pues, de acuerdo con ello o no, están acostumbrados a un sistema penitenciario, leyes, abogados y fiscales, policías, jueces, etc., que pertenecen todos a la misma estructura, hasta cierto punto bien organizada por la misma figura, en y para la consecución de sus únicos objetivos.

Cavada aseguró que un ciudadano dominicano, cuyo nombre ahora no es importante, a quien se le condenó por homicidio y cumple una sanción de 20 años de privación de libertad y que parece estar vinculado a uno de los escándalos más grandes de asesinatos y ajuste de cuentas por narcotráfico ocurrido hace pocos meses, fue presentado ayer, 23 de junio, frente a un tribunal competente de la Ciudad. Terminada la sesión, el acusado salió caminando solo de la sala, tal como si saliera de un cine, esposado y llegó a la acera donde se encontraba un grupo de policías conversando entretenidamente, se acercó a ellos y … ¿qué les pidió a gritos?, pues que lo ayudaran a conseguir “una bola”, que es exactamente a lo que los cubanos llamamos “una botella” para irse de vuelta a la cárcel, o sea, entiendan bien lo que les cuento, el tipo pidió una botella para que lo adelantaran hasta la cárcel de Najayo. ¿?????????????

La custodia oficial del hombre, parece que varios policías y el responsable del autobus que lo debía trasladar, frente a las primeras investigaciones realizadas , declararon que se les había olvidado que andaban protegiendo a esa persona, si es complicado de entender el hecho, la justificación de los custodios, no solo es brutal e increíble, sino hasta cierto punto infantil, justificación más que suficiente para haberlos sacado a todos de las institución a la que pertenecen, sin reuniones, ni actas, ni explicaciones. Paralelamente deberían agradecerle al prisionero su actuación cívica y honesta, pues dicen que de haber girado a la izquierda y caminado dos cuadras, todavía lo andarían buscando, con muy pocas posibilidades de volverlo a ver, como pasa en muchos otros casos de personas que han logrado evadirse.

Esto podría ser un genial guión para la compañía cinematográfica inglesa Monty Payton, mundialmente famosa por su gran especialización en películas que satirizan la historia de la humanidad e incluso dudo que dicha compañía pudiera llegar a un guión con una historia tan acabada.

Independientemente de que lo ocurrido lleva un análisis más profundo y serio, cosa que no me corresponde, ni puedo hacer, ni me interesa en este espacio, el hecho no deja de ser curioso para compartir. Papillón estuvo años planeando la fuga de la isla que tenía por cárcel. Yo que he estado detenido injustamente, pero detenido, conozco que el sentimiento más fuerte que posee un preso, independientemente de su delito y culpabilidad, es ganar la libertad, a pesar de que muchos pudieran aparentar haberse acomodado a sus vidas de reclusos en determinado centro penitenciario.

Entonces la imagen de este hombre esposado atravesando todo el tribunal, que siempre está atestado de personas, llegando a la acera por sus propios pies sin ser molestado o detenido, o sencillamente sin que tan siquiera alguien le dijera: _ ¿eh, amigo, a dónde piensas ir?, resulta además de alarmante, satírica. Peor porque ya en la acera se acerca a un grupo de hombres uniformados, tal como si fuera a pedirles candela para encender un cigarrillo y les pide de favor que le consigan un transporte gratis, pues no podría pagarlo por razones obvias, para irse rápida y voluntariamente a la cárcel, como si temiera llegar tarde. El hecho no sólo resulta increíble, sino sencillamente una demencia.

Al final lo montaron en un transporte, creo una guagua que en su viaje debía pasar cerca de la penitenciaría, no sé si solo o finalmente escoltado, para que pudiera reingresar en su “feliz morada”.

Según la misma fuente, con la que estoy de acuerdo, ésta actuación del acusado e incluso “el olvido” de las autoridades que tenían que conducirlo y protegerlo, puede evidenciar que aquí hay, como decimos en Cuba, gato encerrado. Pudiera el acusado temer por su vida y presumir que el descuido involuntario sobre su persona pudiera estar justificado en la posibilidad de facilitar su asesinato - ajusticiamiento dentro del mismo tribunal o en la acera, incluso dentro del transporte que lo trasladaría, cosa nada imposible de pensar y peor de suceder, pues estos asesinatos como ajustes de cuentas se ven frecuentemente en estos días, donde a cada rato amanecemos en la ciudad con un muerto vinculado al narcotráfico y sus acciones anexas, hablo de estos muertos, para no mencionar a los otros muertos con los que también amanecemos, de menos importancia para las autoridades, pues sus muertes están vinculadas a riñas, robos, asaltos, etc. Para que tengan una idea, hace varios días se publicó la noticia de 564 muertos por hechos de armas en tres meses, solo tres meses. Sobran los comentarios, por este camino tendremos más muertos que en la II Guerra Mundial.

Al final de esta historia, si el personaje protagónico de esta noticia está propuesto y planificado para cadáver, está demostrado que las cárceles de éste país tampoco son lugares seguros, por lo que …, puede esperarse lo peor.

Normita, en medio de esto, qué te pareció lo de Monty Payton, cualquier escenario es bueno para un poco de cultura. JAJAJAJAJ. No imaginas lo que te he recordado con esto de Monty Payton, bueno, en verdad no tengo que jurártelo. He logrado bajar de internet gratuitamente, nueve películas, lo que me remontó a nuestra época de estudiantes en la emblemática Facultad de Historia de la UH cuando éramos tan jóvenes.

sábado, 19 de junio de 2010

Tatuaje – Tabú

Escribiré hoy sobre un tema nada nuevo, los tatuajes. Sus orígenes se remontan a no se sabe cuántos años atrás, perdido en la propia evolución del ser humano. Se piensa que su denominación puede venir de la palabra TA, que en la cultura polinesia sale de golpear con dos huesos afilados la piel de una persona y las evidencias más antiguas se encuentran en las momias y en el cuerpo de un cazador de la era neolítica encontrado en un glacial, cuya espalda y rodillas estaban tatuadas.

Sin embargo, a pesar de la antigüedad y de las miles y miles de variantes que presenta el tema, sigue siendo todavía hoy, un asunto de pasiones, adictos, enemigos, defensores, detractores, miedos, moda, etc. y para colmo sigue siendo en el año 2010, un parámetro para medir y enjuiciar a las personas en muchas sociedades.

La historia de los tatuajes en Cuba sin yo tener datos históricos exactos, podría dividirse en tres grandes momentos. Antes de 1959, donde la idea estaba evaluada por los cánones sociales y religiosos de aquellos años y estaban segmentados a marineros, presos y personajes que coincidían en el bajo mundo, chulos, prostitutas, negociantes callejeros, etc. Las “personas de sociedad” no podían marcarse la piel de esa forma, pues corrían el riesgo de ser mal vistas.

Una segunda etapa, que comenzó después 1959, donde junto al pelo largo, determinada forma de vestir, el consumo de determinada música, la homosexualidad, las creencias religiosas, entre otras manifestaciones humanas, fueron identificadas como serios problemas ideológicos y obviamente repudiados, censurados, reprimidos e incluso sancionados, pues un pueblo proletario comunista no podía ceder frente a estas manifestaciones típicas de las sociedades capitalistas.

Hoy se vive una última etapa, por suerte, que debe datar de 15 años más menos, donde la idea ha comenzado a cambiar coincidiendo con el debilitamiento del modo de vida comunista entre las personas. Es bastante común sobre todo entre los jóvenes y ha dejado de ser tan repudiada por la sociedad. Abundan en Cuba hoy mujeres y hombres, jóvenes y no tan jóvenes, que exhiben sus tatuajes sencillamente como verdaderas obras de arte, muchos lo son, sin el temor de ser clasificados como delincuentes.

Yo, que crecí dentro de la solidez de la segunda etapa, recuerdo haber sido sometido a muchas horas de debates y discusiones familiares sobre los tatuajes y sus implicaciones supuestamente negativas en mí juventud. En la familia revolucionaria donde nací, no cabía la posibilidad de engendrar un heredero tatuado.

El tiempo pasó, crecí, me hice papá y entonces la fuerza y empuje de la juventud de mi hija Jennifer, que ya vivía su historia con la pasión que la caracteriza, me dio la posibilidad de lograr lo que había sido para mí también un sueño. Jennifer y yo, después de investigaciones, asistimos el mismo día a tatuarnos, sellando ese pacto familiar como indestructible, tal como hacen en Cuba los paleros, personas practicantes de la religión afrocubana Palo Monte cuando se cortan o rayan la piel con cuchillos, machetes, tarros afilados, etc. en sus ceremonias de iniciación.

A pesar de ser grande ya, recuerdo que cuando mi madre, dirigente del lugar donde yo trabajaba como profesor, se enteró que me había hecho un tatuaje, lo primero que me dijo, sin llegar a ver el tatuaje, fue que no podía seguir impartiendo clases en aquel lugar, lo que sumó otras muchas horas de debates a las miles y miles de horas de debates que acumulaba en mi vida.

Llegué entonces a República Dominicana y a los pocos meses encontré trabajo como profesor en una universidad. Fue fantástico. Esta realidad me ha permitido aprender mucho y rápido. En mis andanzas e incluso en mis clases, compruebo que el tatuaje, también aquí en el 2010 sigue siendo un asunto que divide o clasifica a las personas y esto no deja de llamarme a atención.

La idea de libertad y democracia que se esgrimen para defender, no sin razón, el modo de vida dominicano, la necesaria y pública referencia y contactos físicos que una buena parte de este pueblo tiene con Estados Unidos, el consumo interno de miles y miles de productos y servicios de origen norteamericano, la muestra de un interés por el estudio y la superación de parte de los dominicanos, contrasta brutalmente con las posiciones que asumen muchísimos con relación a un tema tan sencillo e inofensivo como los tatuajes.

Tener un tatuaje sigue siendo para muchos dominicanos un sacrilegio, un acto antirreligioso y antimoral. Muchos siguen clasificando a las personas, no por lo que saben o hacen realmente, sino sencillamente por su apariencia.

Contrasta la idea, pues en la parte de la sociedad dominicana donde me desenvuelvo se exhiben los mejores automóviles que se fabrican en el mundo, se poseen todos los adelantos tecnológicos traducidos en aparatos electrónicos y domésticos, se construyen fabulosas torres para comercios, empresas y viviendas a la usanza de los países altamente desarrollados, en una población mayoritariamente mestiza se valora, lucha y paga mucho dinero para conseguir tener cabellos largos y lacios, como símbolo de belleza-status y últimamente se valora, lucha e invierte mucho dinero en las cirugías estéticas e implantes, lo que debería traer entonces una forma más moderna, desprejuiciada, real de pensar y evaluar, sin embargo se sigue valorando como negativo, los tatuajes.

Si tienes los senos grandes, naturales o implantados y usas un escote bien bajo y abierto eres bella, si tienes un tatuaje, incluso no visible, eres un cuero, perteneces al bajo mundo y ésta simpleza a la hora de clasificar se lleva dentro de la familia, la empresa, el trabajo, etc.

Para mí es absurdo, pues evidencia una limitante y un atraso a la hora de pensar-evaluar y demuestra que el desarrollo económico alcanzado por muchos, no se sustenta en bases culturales reales y no permite el cambio hacia otra forma más moderna de pensamiento, por lo que en gran medida me da a pensar que muchos no han cambiado su forma semifeudal de vida. Siguen primando cánones sociales y religiosos, reales o no en su fuerza dentro de las personas, que mantiene una línea de pensamiento atrasada y que obligan, a veces mucho, a determinadas posiciones formales en las personas.

Entiendo y respeto a aquellos que defienden que no les gusta, como a mí no me gusta el arroz con leche, pero de eso a decir que uno es malo o bueno, mejor o peor, capaz o incapaz, moral o inmoral, por solo tener un dibujo en parte del cuerpo, me parece absurdo para esta época.

Me divierto. En mis clases en la Universidad dejo que mis alumnos a la hora de evaluar a los seres humanos dediquen mucho tiempo a hablar mal de los tatuajes y lo que esto daña al hombre. Luego les demuestro que soy buen trabajador, tengo muchos estudios realizados como profesional, soy buen esposo, papá y amigo. Soy solidario, humano, respetuoso y además tengo un tatuaje. Muchos de ellos no salen de su asombro, pues no pueden entender que la persona que hasta ese momento han admirado, se haya marcado el cuerpo con tintas, lo que les rompe evidentemente sus esquemas y me miran tal como si yo fuera un bicho raro.

Al final me divierto más frente a sus caras de asombro o lástima, pues les comento que ahora estoy esperando por una posibilidad económica, para firmar otro pacto indestructible con mi hijo varón Jonathan, pues ambos hemos decidido hacernos un tatuaje juntos.

En fin, creo que hoy la vida nos obliga a ser más reales.

jueves, 17 de junio de 2010

Y al final tengo un bloggggggggggggggggggg. Soy cubano y tengo la suerte de vivir en República Dominicana desde el 2007, por lo que he avanzado muchooooooooooooooo. JAJAJAJAJAAJAJAJ

En realidad estoy en esta idea desde hace algún tiempo. Todos los días mi familia, conocedora y consumidora del tema web y mi buena y gran hermana Normita desde México, casi me exigen que haga públicas mis ideas y anécdotas sobre lo que estoy escuchando, viendo y al final viviendo todos los días en éste país, de ahí lo de Dominicaneando.

Faltó el empuje final de mi amigo Rubén, con su dinámica y fuerza de vida y obviamente su gran conocimiento sobre el tema, para que me decidiera, medio decidido y medio empujado a confeccionarme este blog. En realidad como buen cubano, ya saben, o no llegamos o nos pasamos, entonces no me conformé con uno y de un tirón me he metido en el problema de tener dos blog a la misma vez. Este para los cuentos, buenos y malos, el otro, Mundo Empresarial, para compartir ideas y experiencias sobre mi profesión diaria, o sea, el marketing, las ventas, la dirección de empresas, etc.

Tarea relativamente fácil para aquellos que tienen esto como el centro de su actividad diaria, porque son muy ricos o muy pobres de solemnidad, pero para mí que tengo otras miles de tareas diarias que hacer, no deja de ser un buen reto.

Dominicaneando será entonces el espacio para mis cuentos, anécdotas, experiencias y reflexiones, y que conste que no trato de imitar en esto de las reflexiones a nuestro "invicto" Comandante Esteban, JAJAJAJAJA, y quizás para las de mis amigos y familiares, interesados todos en poder explicar qué nos pasa, cuánto entendemos y no entendemos, cuánto nos parecemos y no a lo que nos rodea, cuánto ganamos y perdemos en este camino, en fin un espacio para existir.

De seguro que al final será entretenido para mí, los míos, tengo un buen grupo de fans, JAJAJAJAJAJAA y para todos los que se sumen.

Escribiré. Ahora mismo no sé cuánto y con qué frecuencia, pero escribiré. Tengo siempre miles de ideas en la cabeza.

Se me ocurre que mi primer tema será sobre los tatuajes, gran y complicado tema para una buena parte de los dominicanos.