“En ciertos puntos de la geografía española, más concretamente en algunas pendientes de carreteras se ha observado como sorprendentemente, dejando el coche en punto muerto, este asciende por la pendiente, desafiando de forma irritante a la mecánica newtoniana. Aunque midiendo la pendiente con instrumentos se haya descubierto que se trata de, en verdad, una pendiente descendente, la pregunta que se hace uno siempre es ¿cómo es posible que nuestros ojos nos den una imagen tan contraria a la realidad?, ya que en verdad dicha pendiente parece totalmente ascendente.
Ayer comentaba este hecho, conocido por muchos, con el padre de una amiga, y le dije que lo buscaría por Internet para poder darle una explicación, y aquí está la respuesta.
La cuestión que se plantea es una realidad más frecuente de lo que parece. En Ceuta hay un lugar en el que el fenómeno tiene lugar. La explicación es una ilusión óptica y es la Psicología de la Percepción la que tiene la última palabra en la explicación del funcionamiento imperfecto de los sentidos. Se pueden dar dos causas para que nuestros ojos, o más bien nuestro cerebro nos engañe.
En primer lugar puede considerarse que las líneas rectas del entorno, induzcan la confusión. Por ejemplo la existencia, formando un pequeño ángulo con la carretera, de un talud que bordee el tramo y que converge a lo lejos con ella con una pequeña inclinación hacia abajo nos puede hacer pensar que la carretera va hacia arriba.
La otra posible causa es la existencia de árboles en las laderas de los bordes de la carretera que, debido a la existencia de vientos predominantes en un determinado sentido, crezcan ligeramente inclinados respecto a la vertical en el sentido del recorrido de la carretera. Como nuestra experiencia nos dice que los arboles crecen verticales, al enderezar mentalmente estos árboles inducimos una inclinación ficticia de la carretera.
Estas son dos de las explicaciones que podemos dar al fenómeno, pero puede haber otras y habría que examinar cada caso individualmente. Pero en todo caso siempre es el entorno el que nos puede influir en la percepción.
En algunos parques de atracciones existen habitaciones en las que estas ilusiones ópticas se inducen de una forma tal que afecta incluso a nuestro sentido del equilibrio. Tienen el techo inclinado y puertas, ventanas y cuadros en las paredes deformados convenientemente.
Un ejemplo cercano a mi es el del Montasterio de Veruela, a 2 kilómetros de la bifurcación del Monasterio se puede apreciar una "bajada" pronunciada en donde el coche se te va para atrás, cuesta arriba".
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