Escribir sobre política y sus políticos es un gran riesgo. Entonces para comenzar quiero pedir permiso y por qué no disculpas a politólogos, historiadores, sociólogos dominicanos y al propio pueblo dominicano, que además de conocer de baseball, es experto de expertos en política, por meterme en estos temas.
Pero como es un asunto que está presente todo el día, todos los días de nuestras vidas y que no deja de ser escabroso, complicado, hasta cierto punto extraño, poco comprensible y además medio divertido; me encanta.
El pueblo dominicano está marcado por las actividades políticas. Los 365 días del año, entre fiestas y días feriados, celebraciones religiosas, baseball y un poco de trabajo, la vida se ve dirigida, a veces condicionada o afectada por la política y los políticos.
Siempre hay que elegir a alguien: senadores, síndicos, presidentes, ministros, dirigentes de uno u otro partido, etc., lo que matiza cada vida que se vive. Las elecciones presidenciales son cada 4 años, en un país que tiene dos partidos fuertes, un tercero, histórico, menos fuerte hoy y un grupo de pequeñitos partidos que pasan más tiempo con la nariz dentro del agua que respirando y que en realidad sólo sirven para realizar alianzas, a veces con el mejor postor, a la hora de decidir los que se quedan, los que llegan nuevos y los que se van.
Hoy se están calentando los motores y con ellos calentándonos nosotros, para las próximas elecciones presidenciales del 2012. Con un Presidente del Gobierno que a su vez es el Presidente del Partido de la Liberación Dominicana, (PLD), conocidos como peledeístas, los morados o más recientemente por los come solos, apelando a la característica de que sólo reparten entre ellos mismos los beneficios del poder, que lleva casi 8 años consecutivos dirigiendo los destinos de la nación, después de haber sido presidente también en el período 1996 – 2000 y por el Partido Revolucionario Dominicano, (PRD), reconocidos por los blancos o perredeístas, como grupo de mayor oposición.
Como curiosidad que resulta además paradójica, es que ambos partidos fueron creados por la misma persona en diferentes momentos de su vida. Primero fundó y militó en uno y cuando se cansó de esto y descubrió que ya no respondía a sus intereses, lo decretó muerto y sencillamente se creó otro. ¿Imagino que no sea por falta de creatividad del resto de los políticos? Por lo que tanto perredeístas como peledeístas rinden culto a la misma persona fundadora, que por suerte es de las figuras históricas más grandes que ha dado ésta isla, al menos después que llegaron los españoles, y así no descarto la genialidad de uno que otro aborigen.
Ahora estamos metidos, y digo estamos, porque es muy difícil escapar de las noticias, los comentarios, los carteles, los anuncios, la propaganda para exaltar a una u otra persona, en la recién pasada Convención Interna del PRD. La idea era seleccionar a base de votos “libres” a la persona que pueda representar al partido en las próximas elecciones del 2012, para competir por la presidencia del gobierno, o sea, quitarle a los come solos el poder, para pasarlo a otros que no dejan de comer, quizás lo hagan más, pero que practican aquella frase tan reconocidas por los cubanos en las muchas veces mal explicada historia nacional de, “El Tiburón se baña pero salpica”, utilizada popularmente para definir el mandato del presidente José Miguel Gómez, entre los años 1909-1913.
En dicha convención las figuras fueron dos. El multimillonario Miguel Vargas Maldonado, “Miki el que resuelve”, actual presidente del PRD, que carga en sus hombros el haber perdido en sus aspiraciones de llegar a ser el presidente del gobierno en las elecciones pasadas e Hipólito Mejía, “Papá”, imagino que también multimillonario, expresidente de la República, que dirigió los destinos del país en el período 2000 – 2004, al que la memoria dominicana recuerda, sino como el peor, como uno de los peores presidentes que ha tenido este país en toda su historia republicana.
Pues resulta que, Miki y Papá, a los que yo suponía amigos, pues durante el gobierno del segundo, el primero ocupó el cargo, para nada despreciable, de Ministro de Obras Públicas, hoy se están casi matando para ver cuál de los dos es la figura que el PRD promueve para enfrentar a “El León”, Leonel Fernández, actual presidente del gobierno.
Para mí, que solo soy un apasionado pasivo de estos temas, digo pasivo porque todavía no me ha dado por pararme en una esquina o en un colmado a discutir sobre política, teniendo en cuenta la reputación, no dudosa, sino mala de Hipólito, me era más entendible que Miguel saliera ganador en la pasada votación. Muchos dominicanos, no por creer que la figura fuera mejor, sino sencillamente porque al menos era una nueva opción, no quemada antes, pensaron lo mismo.
Sin embargo, para asombro de muchos, terminada la votación y terminadas también unas que otras quejas, que se esperaban y existen siempre, Hipólito, no solo le ganó a Miguel, sino que le ganó por una buena diferencia.
De ahí mi asombro. En mis “encuestas” y conversaciones con dominicanos amigos, ubicados en diferentes sectores económicos y sociales, la idea de que ganara Hipólito era fatal. Tiene tan mala reputación, ganada por la gran crisis que dejó al salir del poder, que nadie apostaba a que la gente votara por él.
Si consideramos Wikipedia como un sitio de referencia, para este caso neutral, transcribo lo que aparece como reseña de lo que fueron los cuatro años de gobierno de Hipólito Mejía, lo que me parece más que suficiente para entender.
“Durante su gobierno el país fue afectado por una de las peores crisis económicas en su historia, generada por la quiebra de los tres bancos comerciales más importantes del país y las consecuentes medidas tomadas para enfrentar la crisis, lo que generó un deterioro progresivo de los indicadores económicos del país que trajo como consecuencia altas tasas de inflación, devaluación de la moneda y aumento de la pobreza local”
Con ésta fama, bien ganada, parecía imposible que pudiera aventajar a su opositor, que, aunque es cierto que participó del mismo gobierno, hoy parece haber madurado como político y por lo menos, no aparece registrado en Wikipedia como el causante del gran desastre.
Pues no, la gente del PRD y parte de los ciudadanos que se unieron a la votación, se les olvidó y sacaron a Hipólito. Es cierto, el haber sido presidente del país, manejar a muchas personas e instituciones, le da peso, pero, qué hay de la memoria histórica, qué pasó con todos aquellos, parece que muchos, que se afectaron por la crisis que se generó y mal manejó, qué pasa con los pobres, que se convirtieron en más pobres y que hoy todavía “disfrutan”, como se disfruta un cáncer terminal, de esa categoría. ¿A todos se les olvidó? Tenía mucha razón el viejo Cosme, abuelo de mi mujer, cuando decía que la política era una puta, que hoy se acuesta con un hombre y mañana con otro.
Lamentablemente, los pueblos pobres, no sólo son pobres económicamente, sino que la pobreza, como si fuera comején que destruye de adentro hacia afuera, llega a taladrar la capacidad de pensar, discernir y tomar decisiones. ¿Qué decir de los otros, los que no son pobres, ni de dinero, ni de instrucción, y ponen a jugar sus intereses personales, embadurnados de palabras patrióticas?
A muchos por igual, pobres y ricos, para nada les interesa el futuro de la República Dominicana, sencillamente están tratando de que se vayan los “come solos”, no para arreglar el asunto, sino para que los que los sustituyan, Miguel, Hipólito, pudiera ser Napoleón, Stalin o el mismísimo Hitler, si estuvieran vivos, o quizás cualquiera de las 11 mil vírgenes que regresara a la vida terrenal, saquen el dinero a la calle, sin importar el concepto, dejen correr los negocios ilícitos, resquebrajen las leyes, etc.
Es lamentable, pero es así. Como dice mi vecina, amiga y hermana, la gran pedriatra cubana María Antonia Gómez, para todos nosotros sencillamente Mayi, con ese carácter extremadamente jocoso que la caracteriza, incluso en los momentos más difíciles, “se verán horrores”.