Después de intercambiar varios correos con mi amiga Nilsa, me animo a
escribir sobre este nuevo viejo tema.
Llegué a República Dominicana el 6 de diciembre de 2007. La salida de Cuba
fue complicada, ya saben, en mi caso era sin regreso y dejaba allí a un
ejército de personas a las que quiero, donde estaban incluidos mi esposa
Martica y mi hijo Jonathan. Ni a José Martí le fue tan difícil el tema pues cuando
lo deportaron era muy joven. La llegada era también complicada desde el punto
de vista emocional, en el aeropuerto de Santo Domingo, me esperaba mi hijita
Jennifer y mi yerno Yordán, a los que no veía personalmente hacía un año y
medio.
Con esa mezcla de sentimientos, entré al edificio del aeropuerto después de
haberme bajado del avión y lo primero que me encuentro es con un cartel enorme,
como de 5 metros de largo, muy colorido, que en letras grandes decía: “Bienvenido Hermano
Dominicano”. No sabía lo que pasaba en realidad, pero lo de bienvenido y
hermano me pareció fantástico, pues la tradición cubana, para los cubanos que
regresan a la isla para visitar a su familia, es todo lo contrario.
En Cuba casi siempre son bienvenidos los turistas extranjeros, no importa
de dónde vengan o quiénes sean, y uno que otro cubano que regresa “victorioso”
de las ya acostumbradas misiones internacionalistas que el gobierno hace muchas
décadas promueve. Pero, ¿bienvenido hermano cubano? Eso no existe. Los cubanos
somos de muchos tipos, si eres fiel al gobierno, al menos en apariencia,
entonces eres compañero cubano. Si vives en el exterior, por cualquier razón
que no sea autorizada por el gobierno, entonces eres traidor, escoria, gusano, apátrida,
y aunque ahora te dejan entrar a Cuba con más facilidad y todo el mundo sabe
que además de ver a los tuyos, vas a gastar dinero que para en las arcas del
gobierno casi todo, de bienvenido nada.
Luego de pasar el cartel, me encontré frente a un grupo artístico, músicos y
bailarines, que se divertían interpretando un insoportable “perico ripiao” y
alguien sin preguntar quién yo era y cuál era mi creencia política o religiosa,
me ofreció un trago como bienvenida. Era diciembre y el mundo, menos Cuba que
pertenece a otra galaxia, estaba de fiesta. Mi vuelo de Cubana de Aviación
había coincidido con la llegada de un vuelo de New York cargado de dominicanos
que regresaban a su país, si a su país, para disfrutarlo, si exactamente para
disfrutarlo.
Comencé a ver el movimiento de los “dominicanyork”, que es como se les
llama aquí a los que han logrado mudarse o han nacido en New York básicamente,
lugar que pertenece un poco a los dominicanos. Y para mi asombro todos venían
cargados de bultos. La imagen me pareció al principio grotesca, pues los bultos
eran categóricamente excesivos, enormes maletas, maletines, cajas y más cajas.
Personas con varios carritos llenos de paquetes y cajas, desde TV y equipos de
música hasta juegos de sartenes y también como en Cuba, afuera los esperaban las
familias completas, desde niños recién nacidos hasta las abuelas nonagenarias
en sillas de ruedas, todos dando gritos. Así somos los latinos, nos parecemos
en eso de los paquetes y los gritos, nos movemos en grandes grupos siempre y si
es para esperar a alguien que viene del extranjero, hasta el gato se apunta.
Vivo feliz aquí desde ese santo día y he logrado aprender. Para beneficiar
a los suyos al menos como regalo de fin de año, el gobierno dominicano libera
los impuestos entre los meses de noviembre y enero, o sea, no tienes que pagar
nada por entrar todo lo que puedas montar en el avión que te trae desde tu
lugar de origen. Si la línea aérea te deja montar en elefante y llega vivo, lo
puedes pasar. Imagino que si muere en el viaje también lo puedes pasar, al fin
de cuenta, la carne de elefante se come y al menos para la primera fiesta debe
alcanzar.
El gobierno dominicano estimula a los ciudadanos dominicanos, verdaderos
dueños del país al menos en ese aspecto, para que traigan a sus familias lo que
les venga en gana y les puedo asegurar que si existe algo en RD son tiendas de
todos los tipos, desde pequeños estanquillos de acera hasta grandes y modernas
supertiendas, que venden lo
inimaginable. A nadie le importa durante
esos meses. Si le quieres traer a tu madre un TV del tamaño de una guagua, o un
refrigerador del tamaño de un iglú, sencillamente ese es tu problema. Si lo
pudiste comprar o lo encontraste en una esquina tirado y lo pudiste subir al
avión pagando o te lo trajeron de gratis, a nadie le importa. Al final siempre
habrá una mamá dominicana que se beneficia. Y ese es uno de los objetivos de cualquier
gobierno. Si la gente se beneficia el gobierno está trabajando bien, si la
gente emigra, tal como dijera Martí, los gobierno sobran.
Recién me acaba de llegar vía correo una noticia “nueva”, sobre la “nueva”
medida para aumentar los aranceles a los productos que entren a Cuba y excedan
el precio de 50 pesos cubanos. ¿50 pesos cubanos? La resolución No. 122 de 2012
de la Aduana General de la República, así como las resoluciones 222 y 223 del
Ministerio de Finanzas y Precios, indican que los aranceles se aplicarán a las
misceláneas "que se importen sin carácter comercial por personas naturales
mediante envíos por las vías aérea, marítima, postal y de mensajería" ¿Pero
se volvieron locos nuevamente?
¿A qué le llaman misceláneas? Pues nada, sencillamente se identifica como misceláneas
a “calzado, confecciones, alimentos, artículos de aseo personal y del hogar,
bisutería, lencería, perfumes y similares". Exactamente lo que todos,
incluyendo al gobierno, necesitamos para vivir.
La medida se veía venir. La verdadera intención es darle un golpe al tema
de las llamadas “mulas” y sacar dinero a cualquier costo. Como siempre, una vez
más, el gobierno cubano, bota el sofá. Y al tratar de controlar lo que hace 50
años trata de controlar y no ha podido resolver, perjudica a todos por igual.
La pregunta es, ¿quién se beneficia con esto?, ¿quién puede estar de
acuerdo? Es verdad, las llamadas mulas existen, más que eso, siempre han
existido, pues yo recuerdo que en una época cuando aún era niño, allá por los
años 70, las rusas, las alemanas, etc., que vivían en Cuba gracias al intercambio de
seres humanos entre el campo socialista, se dedicaban a vender en el mercado
negro los productos que podían comprar en las tiendas habilitadas
exclusivamente para ellos. ¿Por qué? Porque no los había en las tiendas
habilitadas para los compañeros cubanos.
Siempre ha existido en Cuba el mercado negro, incluso en los llamados “años
de gloria del socialismo cubano” ¿Por qué? Porque en realidad, ni en esos años
dorados, el gobierno podía suministrar, proveer, entregar, vender, lo que la
gente necesitaba o quería consumir. Entonces es entendible una cruzada contra
las mulas que trafican drogas, contra los terroristas, contra las personas que
trafican con seres humanos, pero cogerla con alguien que trata de llevar unos zapatos,
unos cepillos de dientes, ropa, etc., es brutal.
Más, vuelve entonces la diferencia. Los cubanos que viven en Cuba pagan de
una forma, los cubanos que viven fuera de Cuba pagan de otra. Unos pagan en
moneda nacional, otros pagan en divisas, 10 pesos o 10 CUC por cada kilogramo
extra. ¿Es lo mismo 10 pesos cubanos que 10 CUC? Que descaro. Los residentes
pagaran la primera vez en moneda nacional sólo el arancel, pero la segunda vez
en el año tendrán que pagar en monedas nacional pero al cambio con la divisa
según esté en ese momento la tasa de cambio establecida para la población.
Además la medida plantea que los que reciben paquetes por agencias, y el peso
exceda los 3 kilogramos, tienen que pagar una tarifa del 100% del valor de la
importación. ¿Qué es 3 kilogramos? Nada.
Una vez más, al final de la medida, sólo se perjudica a la gente que aún
sigue allí. Los que viven en el extranjero se encabronan, pero al final de la
historia, van o no van a Cuba, llevan o no cosas, pero para los que allí viven
la idea es bien diferente.
¿Dónde está el calzado de buena calidad y buenos precios en moneda
nacional?, ¿Dónde hoy se puede comprar un pantalón “de salir”, una buena camisa,
que no sea en las asesinas tiendas en CUC?, ¿Dónde está la producción
industrial que garantiza, los cepillos de dientes, el papel sanitario, los
jabones, en la cantidad que cada cual decide que necesita o quiere comprar? Porque
ya sabemos que no alcanza con un papel sanitario mensual para 5 personas, o un
cepillo de dientes, si personal, pero cada 6 meses. ¿Dóndeeeeeeeeeeeeeeee estáaaaaaaaaaaaaa
la azúcarrrrrrrrrrrr y la sallllllllllll?
Qué locura. ¿Qué economía se está tratando de proteger? La medida además de
macarrónica, es una de esas medidas hechas desde el mal y para el mal. ¿Cómo es
que pueden tener cerebros para producir estas medidas? No puede tener otra explicación,
si el gobierno fuera fuerte y no tuviera miedo, no se preocuparía por estas
historias. ¿A qué gobierno le perjudica que mi madre tenga un TV del tamaño de
una guagua, si al final de la historia los pocos canales de televisión que
existen son del gobierno? Deberían estar contentos, pues mi madre al menos
podría ver mejor y más grande la programación que el gobierno se inventa.
No voy a Cuba mañana mismo. No me afecta directamente, pues no trabajo como
mula. Pero en realidad me jode que un gobierno incapaz hoy de satisfacer lo
mínimo que necesitan sus compañeros ciudadanos, se abrogue el derecho de legislar
tanto en su contra. Recuerdo a mi padre,
el cual terminó su vida diciendo que el socialismo era una epidemia.
Yo, con todos los problemas que realmente existen, prefiero mil veces al
gobierno dominicano.
Luego de conocer mas a fondo tanta informacion que conocia a media, le felicito por haber salido de alli y sigo amandoa mi Pais. Carlos Perdomo.
ResponderEliminarClaro Carlos, es una gran suerte haber podido salir de allí. No sólo para mí, sino para mis hijos y pienso que para todos lo que lo han logrado.
ResponderEliminarAhora lo que todavía resulta imposible es olvidar que ese lugar existe. A veces nos duele, pero ...
Amigo,ustedes lo que están fuera, deben contribuir, para esa realidad cambie, los profesionales cubanos, salen como exiliado económico por que no pueden vivir, con sistema ni que ustedes lo entienden. El exilio cubano, es enorme, y si los dominicanos, pudimos desafiar y sacar a Trujillo, que era uns dictadura diferente, pues teníamos cubiertas nuestras necesidades básicas, incluyendo los mismos pobres, imaginasen ustedes. El exilio ha sido débil, organicen ayuden a sus hermanos cubanos, a lograr un cambio político, como lo hicimos aquí.... Y vi esa realidad, da pena, el trabajo que pasan los cubanos para suscitar, excepto la cúpula del Partido Comunista...
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