Sabiduría al
Minuto.
“Llegan momentos en la vida en que estamos listos para recibir nueva
información, mientras tanto, podemos tener algo frente a nuestras narices y no
notarlo”
Andrew Matthews.
Buena reflexión para comenzar a escribir
sobre el libro que leo, o mejor, que estudio.
Es cierto, yo y seguro muchos de ustedes, somos ejemplo de esto.
Constantemente la maestra vida e
incluso algunos de sus más aventajados ayudantes, aspiran a que aprendamos por
adelantado, tratando con señales claras, de evitarnos tropiezos.
¿Aprender? No es sólo una pregunta,
sino un gran problema, sobre todo cuando partimos de ideas como:
_ “Yo eso me lo sé. No vengas con
ese tema ahora”
_ “A mí no tiene porque pasarme tal
cosa”
_ “Quiero experimentarlo por mí
mismo”
Si nos fijamos bien, para la mayoría
de las personas, aquello de “tropezar
dos veces con la misma piedra” es bien común. Muchas veces se hace necesario
caer al vacío, tocar el fondo, encontrarse al borde de la desesperación para
entonces reparar en el problema que se tienen y comenzar a buscar una nueva
forma de hacer las cosas.
La mayoría de nosotros no valoramos
el pequeño éxito obtenido, o sea, el pequeño logro. Estamos condicionados y quizás “necesitados” del gran éxito, que casi
siempre lo que tenemos y alcanzamos, nos parece poco, dejando escapar la
posibilidad de analizar, sacar experiencias y crear una cultura sólida sobre
determinado tema. Y para colmo de males, nos perdemos la mejor posibilidad, o
sea, la de ser felices.
El pequeño logro o éxito casi
siempre aparece rodeado de “.. bueno, me hubiera gustado …”, quedándonos, a
pesar de lo positivo alcanzado, con un sentimiento de insatisfacción. Sin
embargo, el NO es torturante. Nos paraliza. A muchos da miedo. Y es entonces,
sólo entonces, cuando salimos corriendo
a buscar una solución.
No está del todo mal, pienso yo.
Mejor tarde que nunca. Pero en muchas ocasiones la crisis, famosa generadora de
grandes ideas, es también la causante de otras crisis mayores que pudieran
evitarse.
De ahí que frente al NO, muchas
personas se respondan con la clásica pregunta de: ¿por qué me tiene que pasar
esto a mí? y no logren salir de ese enrollo. Posición clásica de los llamados
perdedores.
La vida está llena de lecciones para
todo y todos. Si no aprendes la primera lección de la primera vez, de seguro habrá otra y otra y
otra más, casi siempre más dura. Si no reparamos en la pequeña piedra, nos
enviará para golpearnos un ladrillo, luego un bloque e incluso una gran roca de
magnitudes incalculables, que terminará por aplastarnos si permanecemos sin
escuchar.
Siempre la vida suele tener muchas
lecciones para ganarnos. Las lecciones son inagotables para aquellos que, como
buenos representantes del género animal, tropezamos una, dos y mil veces con la
misma piedra.
Tal como en la genial película “Meet
Joe Black” donde se unieron dos grandes del cine actual, Brad Pitt y Sir
Anthony Hopkins, para representar un diálogo entre la muerte, la vida y la
filosofía de ambas cosas, la vida nos dice:
_ No quieres escucharme, no importa,
te envío una piedra para llamarte la atención. Sigues sin escucharme, entonces
te mando la cantera entera y probablemente quedes sepultado debajo de las
piedras.
Es así, aprendes por las buenas o sencillamente
aprendes por las malas.
Cada día enfrento la relación con
muchas personas, familia, amigos, compañeros de trabajos, alumnos, tratando de alertarlas
sobre los mensajes que nos envía la vida. Compruebo que, como dice Matthews,
muchas de esas personas no están listas para recibir nueva información, ni
preparadas para pensar sobre la vida que viven y prefieren continuar enajenadas
en una “verdad” edulcorada que se van construyendo.
Muchas veces no logro que entiendan
y no me queda más remedio que prepararme para ver caer sobre ellas la enorme
cantidad de piedras que la vida les enviará en su tarea de enseñar. Será así, porque pensar que escaparán ilesos,
es una ilusión.
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