miércoles, 23 de noviembre de 2011

CUENTO VIEJO, DISPOSICION NUEVA. NO HABRÁ MAS INDIOS EN REPUBLICA DOMINICANA.

Como varias veces he contado, llegué a República Dominicana en diciembre del 2007. A los pocos meses de estar aquí, vencida mi VISA de turismo e interesado en quedarme a vivir en este país, comencé el escabroso trámite de legalizar mi estatus migratorio, para lo cual tuve que someterme, como todo el que pretende esto, a muchos viajes a la Dirección General de Migración y Extranjería, documentos y más documentos, copias y más copias, certificado de buena conducta, examen médico, fotos y mucho dinero.

Como parte final para obtener la Residencia Provisional por un año, está la de sacar la Cédula Dominicana en la Junta Central Electoral, a lo que me dispuse llegado el momento. Ya saben, de nuevo documentos y más documentos, fotos y más dinero.

Recuerdo que después de llenar una planilla y entregarla, casi al final del trámite, antes de recibir la Cédula, la muchacha, de piel bastante oscura pero con el pelo extremadamente lacio y brilloso, que agradablemente me atendía, me dijo:

_ Por favor, revise los datos para evitar errores.

A lo que muy rápido, como siempre desesperado por terminar e irme, respondí:

_ No es necesario, deben estar bien.

Ella sonriendo, quizás recordando otros casos anteriores o quizás pensando, no seas bobo lee porque luego te va a costar, me dijo:

_ Revíselo con calma, pues luego, si existe un error, para arreglarlo va a tener que pagar 1000.00 pesos dominicanos.

La noticia fue tan impactante que con la misma rapidez que respondí que no hacia falta revisar, cogí la planilla y comencé a leerla. ¿Mil pesos por un error?????? Están locos. Ya saben, nombres, apellidos, estado civil, etc. Todo estaba bien, pero … para mi asombro cuando llegó al tema de la raza, leo que dice indio y eso me impactó y medio me molestó, todo esto muy en el interior. JAJAJAJAJA

Muy cuidadosamente levanté la vista y le dije:

_ Mira, a mí no me importa, pero salí de Cuba siendo blanco y tengo más de 40 años viviendo bajo esta denominación y ahora tú me pones que soy indio.

En realidad si me importaba, de no importarme ni me hubiera molestado en leer. Ella, con un dinámico movimiento de cabeza, lo que garantizaba un ir y venir de su cabello lacio que siempre quedaba arreglado y una seguridad espantosa, de esas de que el Sol siempre sale por el este, me respondió:

_ Si, usted es indio.

A lo que yo, todavía muy cuidadosamente, tratando de no crear un problema que pudiera entorpecer el trámite y evitando que a alguien se le ocurriera que debía regresar a Cuba, pero medio jodido, le pregunté:

_ ¿Y entonces para ti, quiénes son los blancos?

Ella levantó su cabeza por encima de las personas que estábamos apilonadas en aquel cuartico y señalando a dos extranjeros que estaban sentados rígidos e inmóviles, me dijo:

_ Mire, aquellos dos, son blancos.

Fin del cuento. Los extranjeros eran de esas personas típicas del norte, norte, de algún lugar como Europa o Canadá, o sea, no eran blancos, sino casi transparentes, el color del pelo de la cabeza, único lugar visible donde poseían bellos, se confundía con el color de la piel, y lo único diferente a ese color, eran los ojos azules que resaltaban en medio de aquella gran palidez.

Entonces, yo muy convencido y alegre y con una gran sonrisa que lo demostraba, le dije:

_ OK. Evidentemente si esos son los blancos, entonces yo soy indio.

Terminé los trámites y salí de allí con mi Cédula. Eso era lo importante, no la raza ni el color de mi piel. Aunque confieso me complicaba desde el punto de vista teórico la idea de que seguimos arrastrando el tema de la conquista a pesar de los siglos que han pasado, pues seguimos llamando indios a un tipo de persona, a la cual deberíamos reconocer como aborígenes, ya que indios fue el calificativo español utilizado por equivocación para definir a los pobladores de estas tierras, que como todos sabemos, poco nos parecemos y tenemos que ver con los que nacen en India.

Hasta hoy tengo lo de indio en mi Cédula, lo que siempre sirve de broma entre mis amigos cuando nos reunimos y salen a relucir las dominicanadas que vemos, sobre todo cuando en ese grupo existe la linda Ileana Romero, hija de nuestro gran Roberto Romero, mulata, francamente mulatas, gustosamente mulatas, que tiene puesto en su Cédula, color de la piel blanco.

Pero como la justicia no se hace esperar, hace menos de un mes, la Junta Central Electoral, tratando de arreglar el potaje o sancocho en dominicano, en vista a las próximas elecciones del 2012, presentó al Congreso Nacional un Proyecto de Reforma a la Ley Electoral de la República Dominicana, donde define que “el color será establecido por la etnia a la que pertenezca el inscrito, y como los colores que se establecen por etnia son el mulato, negro y blanco, entonces el indio desaparecería”.

¡Aleluya!!!!!!!!!!!!!!!. Después de cinco siglos, no habrá más indios en República Dominicana. Mulato, negro y blanco serán los colores para distinguir a los dominicanos y a los residentes extranjeros, por lo que en algún momento de mi vida podré recobrar mi categoría de blanco. JAJAJAJAJAJA. Conmigo deberán escapar también muchos otros, pienso ahora en los pobres chinos que abundan en nuestras calles y la categoría de amarillos que le hemos puesto. ¿Amarillos? Imagino que ellos se preguntaran constantemente.

Y ahora esto me introduce otra preocupación y muchas otras dudas, que tienen que ver obviamente con la gran diversidad que significa a lo que algunos definen como la única raza que existe, el ser humano. ¿Es el mulato un color?, ¿Dónde está la frontera entre los colores para definir la piel?, ¿Cómo le pondríamos a Michael Jackson hoy, de estar vivo obviamente y no haber visto las fotos de cuando era niño o adolescente, blanco, mulato o negro?, ¿A los dominicanos les gustará lo de negros, porque los subiditos de color se autonombran morenos, teniendo en cuenta que con frecuencia sólo se utiliza lo de negro para los haitianos y a veces de forma despectiva?, ¿Seguirán teniendo en la Junta a dos extranjeros rubios, lampiños, blancos transparentes, sentados allí como patrón de referencia para otorgar el color blanco?, ¿Mejoraré para blanco o me impondrán lo de mulato?, ¿Tendré que pasar semanas y semanas a la sombra para quitarme de arriba el sol de las calles dominicanas?, ¿Tendré que virarme y bajarme el pantalón para enseñar la parte donde no da el Sol? JAJAJAJAJAJA.

Tengo que esperar hasta el próximo año para renovar mis documentos, aunque debo reconocer que iría antes sólo para curiosear y ver cómo lo definen. Imagino que sacaran un pantone o tabla de colores para comparar. Imagino a gente peleando. Espero para ese entonces poder contarles.

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