jueves, 5 de julio de 2012

PREFIERO MIL VECES AL GOBIERNO DOMINICANO.


Después de intercambiar varios correos con mi amiga Nilsa, me animo a escribir sobre este nuevo viejo tema.

Llegué a República Dominicana el 6 de diciembre de 2007. La salida de Cuba fue complicada, ya saben, en mi caso era sin regreso y dejaba allí a un ejército de personas a las que quiero, donde estaban incluidos mi esposa Martica y mi hijo Jonathan. Ni a José Martí le fue tan difícil el tema pues cuando lo deportaron era muy joven. La llegada era también complicada desde el punto de vista emocional, en el aeropuerto de Santo Domingo, me esperaba mi hijita Jennifer y mi yerno Yordán, a los que no veía personalmente hacía un año y medio.

Con esa mezcla de sentimientos, entré al edificio del aeropuerto después de haberme bajado del avión y lo primero que me encuentro es con un cartel enorme, como de 5 metros de largo, muy colorido,  que en letras grandes decía: “Bienvenido Hermano Dominicano”. No sabía lo que pasaba en realidad, pero lo de bienvenido y hermano me pareció fantástico, pues la tradición cubana, para los cubanos que regresan a la isla para visitar a su familia, es todo lo contrario.

En Cuba casi siempre son bienvenidos los turistas extranjeros, no importa de dónde vengan o quiénes sean, y uno que otro cubano que regresa “victorioso” de las ya acostumbradas misiones internacionalistas que el gobierno hace muchas décadas promueve. Pero, ¿bienvenido hermano cubano? Eso no existe. Los cubanos somos de muchos tipos, si eres fiel al gobierno, al menos en apariencia, entonces eres compañero cubano. Si vives en el exterior, por cualquier razón que no sea autorizada por el gobierno, entonces eres traidor, escoria, gusano, apátrida, y aunque ahora te dejan entrar a Cuba con más facilidad y todo el mundo sabe que además de ver a los tuyos, vas a gastar dinero que para en las arcas del gobierno casi todo, de bienvenido nada.

Luego de pasar el cartel, me encontré frente a un grupo artístico, músicos y bailarines, que se divertían interpretando un insoportable “perico ripiao” y alguien sin preguntar quién yo era y cuál era mi creencia política o religiosa, me ofreció un trago como bienvenida. Era diciembre y el mundo, menos Cuba que pertenece a otra galaxia, estaba de fiesta. Mi vuelo de Cubana de Aviación había coincidido con la llegada de un vuelo de New York cargado de dominicanos que regresaban a su país, si a su país, para disfrutarlo, si exactamente para disfrutarlo.

Comencé a ver el movimiento de los “dominicanyork”, que es como se les llama aquí a los que han logrado mudarse o han nacido en New York básicamente, lugar que pertenece un poco a los dominicanos. Y para mi asombro todos venían cargados de bultos. La imagen me pareció al principio grotesca, pues los bultos eran categóricamente excesivos, enormes maletas, maletines, cajas y más cajas. Personas con varios carritos llenos de paquetes y cajas, desde TV y equipos de música hasta juegos de sartenes y también como en Cuba, afuera los esperaban las familias completas, desde niños recién nacidos hasta las abuelas nonagenarias en sillas de ruedas, todos dando gritos. Así somos los latinos, nos parecemos en eso de los paquetes y los gritos, nos movemos en grandes grupos siempre y si es para esperar a alguien que viene del extranjero, hasta el gato se apunta.

Vivo feliz aquí desde ese santo día y he logrado aprender. Para beneficiar a los suyos al menos como regalo de fin de año, el gobierno dominicano libera los impuestos entre los meses de noviembre y enero, o sea, no tienes que pagar nada por entrar todo lo que puedas montar en el avión que te trae desde tu lugar de origen. Si la línea aérea te deja montar en elefante y llega vivo, lo puedes pasar. Imagino que si muere en el viaje también lo puedes pasar, al fin de cuenta, la carne de elefante se come y al menos para la primera fiesta debe alcanzar.

El gobierno dominicano estimula a los ciudadanos dominicanos, verdaderos dueños del país al menos en ese aspecto, para que traigan a sus familias lo que les venga en gana y les puedo asegurar que si existe algo en RD son tiendas de todos los tipos, desde pequeños estanquillos de acera hasta grandes y modernas supertiendas,  que venden lo inimaginable.  A nadie le importa durante esos meses. Si le quieres traer a tu madre un TV del tamaño de una guagua, o un refrigerador del tamaño de un iglú, sencillamente ese es tu problema. Si lo pudiste comprar o lo encontraste en una esquina tirado y lo pudiste subir al avión pagando o te lo trajeron de gratis, a nadie le importa. Al final siempre habrá una mamá dominicana que se beneficia. Y ese es uno de los objetivos de cualquier gobierno. Si la gente se beneficia el gobierno está trabajando bien, si la gente emigra, tal como dijera Martí, los gobierno sobran.

Recién me acaba de llegar vía correo una noticia “nueva”, sobre la “nueva” medida para aumentar los aranceles a los productos que entren a Cuba y excedan el precio de 50 pesos cubanos. ¿50 pesos cubanos? La resolución No. 122 de 2012 de la Aduana General de la República, así como las resoluciones 222 y 223 del Ministerio de Finanzas y Precios, indican que los aranceles se aplicarán a las misceláneas "que se importen sin carácter comercial por personas naturales mediante envíos por las vías aérea, marítima, postal y de mensajería" ¿Pero se volvieron locos nuevamente?

¿A qué le llaman misceláneas? Pues nada, sencillamente se identifica como misceláneas a “calzado, confecciones, alimentos, artículos de aseo personal y del hogar, bisutería, lencería, perfumes y similares". Exactamente lo que todos, incluyendo al gobierno, necesitamos para vivir.

La medida se veía venir. La verdadera intención es darle un golpe al tema de las llamadas “mulas” y sacar dinero a cualquier costo. Como siempre, una vez más, el gobierno cubano, bota el sofá. Y al tratar de controlar lo que hace 50 años trata de controlar y no ha podido resolver, perjudica a todos por igual.

La pregunta es, ¿quién se beneficia con esto?, ¿quién puede estar de acuerdo? Es verdad, las llamadas mulas existen, más que eso, siempre han existido, pues yo recuerdo que en una época cuando aún era niño, allá por los años 70, las rusas, las alemanas, etc.,  que vivían en Cuba gracias al intercambio de seres humanos entre el campo socialista, se dedicaban a vender en el mercado negro los productos que podían comprar en las tiendas habilitadas exclusivamente para ellos. ¿Por qué? Porque no los había en las tiendas habilitadas para los compañeros cubanos.

Siempre ha existido en Cuba el mercado negro, incluso en los llamados “años de gloria del socialismo cubano” ¿Por qué? Porque en realidad, ni en esos años dorados, el gobierno podía suministrar, proveer, entregar, vender, lo que la gente necesitaba o quería consumir. Entonces es entendible una cruzada contra las mulas que trafican drogas, contra los terroristas, contra las personas que trafican con seres humanos, pero cogerla con alguien que trata de llevar unos zapatos, unos cepillos de dientes, ropa, etc., es brutal.

Más, vuelve entonces la diferencia. Los cubanos que viven en Cuba pagan de una forma, los cubanos que viven fuera de Cuba pagan de otra. Unos pagan en moneda nacional, otros pagan en divisas, 10 pesos o 10 CUC por cada kilogramo extra. ¿Es lo mismo 10 pesos cubanos que 10 CUC? Que descaro. Los residentes pagaran la primera vez en moneda nacional sólo el arancel, pero la segunda vez en el año tendrán que pagar en monedas nacional pero al cambio con la divisa según esté en ese momento la tasa de cambio establecida para la población. Además la medida plantea que los que reciben paquetes por agencias, y el peso exceda los 3 kilogramos, tienen que pagar una tarifa del 100% del valor de la importación. ¿Qué es 3 kilogramos? Nada.

Una vez más, al final de la medida, sólo se perjudica a la gente que aún sigue allí. Los que viven en el extranjero se encabronan, pero al final de la historia, van o no van a Cuba, llevan o no cosas, pero para los que allí viven la idea es bien diferente.

¿Dónde está el calzado de buena calidad y buenos precios en moneda nacional?, ¿Dónde hoy se puede comprar un pantalón “de salir”, una buena camisa, que no sea en las asesinas tiendas en CUC?, ¿Dónde está la producción industrial que garantiza, los cepillos de dientes, el papel sanitario, los jabones, en la cantidad que cada cual decide que necesita o quiere comprar? Porque ya sabemos que no alcanza con un papel sanitario mensual para 5 personas, o un cepillo de dientes, si personal, pero cada 6 meses. ¿Dóndeeeeeeeeeeeeeeee estáaaaaaaaaaaaaa la azúcarrrrrrrrrrrr y la sallllllllllll?

Qué locura. ¿Qué economía se está tratando de proteger? La medida además de macarrónica, es una de esas medidas hechas desde el mal y para el mal. ¿Cómo es que pueden tener cerebros para producir estas medidas? No puede tener otra explicación, si el gobierno fuera fuerte y no tuviera miedo, no se preocuparía por estas historias. ¿A qué gobierno le perjudica que mi madre tenga un TV del tamaño de una guagua, si al final de la historia los pocos canales de televisión que existen son del gobierno? Deberían estar contentos, pues mi madre al menos podría ver mejor y más grande la programación que el gobierno se inventa.  

No voy a Cuba mañana mismo. No me afecta directamente, pues no trabajo como mula. Pero en realidad me jode que un gobierno incapaz hoy de satisfacer lo mínimo que necesitan sus compañeros ciudadanos, se abrogue el derecho de legislar tanto en su contra. Recuerdo a mi  padre, el cual terminó su vida diciendo que el socialismo era una epidemia.

Yo, con todos los problemas que realmente existen, prefiero mil veces al gobierno dominicano.

3 comentarios:

  1. Luego de conocer mas a fondo tanta informacion que conocia a media, le felicito por haber salido de alli y sigo amandoa mi Pais. Carlos Perdomo.

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  2. Claro Carlos, es una gran suerte haber podido salir de allí. No sólo para mí, sino para mis hijos y pienso que para todos lo que lo han logrado.
    Ahora lo que todavía resulta imposible es olvidar que ese lugar existe. A veces nos duele, pero ...

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    1. Amigo,ustedes lo que están fuera, deben contribuir, para esa realidad cambie, los profesionales cubanos, salen como exiliado económico por que no pueden vivir, con sistema ni que ustedes lo entienden. El exilio cubano, es enorme, y si los dominicanos, pudimos desafiar y sacar a Trujillo, que era uns dictadura diferente, pues teníamos cubiertas nuestras necesidades básicas, incluyendo los mismos pobres, imaginasen ustedes. El exilio ha sido débil, organicen ayuden a sus hermanos cubanos, a lograr un cambio político, como lo hicimos aquí.... Y vi esa realidad, da pena, el trabajo que pasan los cubanos para suscitar, excepto la cúpula del Partido Comunista...

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