jueves, 8 de septiembre de 2011

Dra. María Teresa Quidiello Castillo. Profesora, Mujer Pionera, Visionaria y Gran Humanista. (primera parte)

Vivir 98 años es un mérito para cualquier ser humano. Si además, se llega a esa edad sano física y mentalmente, lo que le permite interactuar con todo lo que le rodea, interesarse, participar, aconsejar, y seguir sirviendo de referencia obligatoria para determinada área del conocimiento y actuación humana, el mérito se duplica, se triplica, etc.

Este es el caso de la Dra. María Teresa Quidiello Castillo quien hoy acumula 66 años de trabajo ininterrumpido como profesora y formadora de profesionales en Cuba, Puerto Rico y República Dominicana y paralelamente fundadora de Cátedras de Estudios y Carreras Universitarias, Asesora de Universidades y Asesora de Secretarias de Educación. Mujer pionera, visionaria, comprometida y gran humanista.

1.- Años de vida en Cuba.

María Teresa fue la segunda descendiente de la unión formada por Raimundo Quidiello Corujo, ciudadano español, oriundo de Asturias, que con poca instrucción académica, pero una gran inteligencia natural, se radicó en Cuba a finales del siglo XIX en busca de mejorías como tantos otros españoles, y Bárbara Castillo Duchesne, ciudadana cubana, nacida en la zona oriental del país, descendiente de una familia cubana, que identificada con las ideas patrióticas de la época dio varios de sus miembros a las luchas independentistas de finales del antepasado siglo.

La primera historia curiosa de María Teresa está vinculada a su fecha de nacimiento. Segunda hija de la familia Quidiello - Castillo, vio la luz el día 20 de noviembre de 1912, fecha en que su padre se encontraba en París sometiéndose a una intervención quirúrgica. Su madre trató de esperar el regreso de su esposo para inscribir a la recién nacida, pero viendo que se podría demorar más, resolvió hacerlo sola el día 9 de marzo de 1913, o sea, cuatro meses después de su verdadero nacimiento.

Dicho acto introdujo un error, muy común para la época en que ocurrió, lo que hizo que hasta el día de hoy, casi un siglo después, María Teresa acarree con dos fechas diferentes para celebrar el mismo hecho. La fecha en que fue inscrita, que fijó su nacimiento en marzo del 1913, por la cual ya cumplió 98 años y la que biológicamente tiene a partir de su real nacimiento en noviembre de 1912, por la que próximamente celebrará su cumpleaños número 99.

Por las propias características de sus padres, y esa intuición natural que tienen algunos seres humanos, muy rápido el matrimonio Quidiello – Castillo definió que todos sus hijos terminarían sus estudios, destinando para esto todo tipo de esfuerzos. Aspiración atípica para la Cuba de la época que contamos y poco común para descendientes femeninas, pues al ser mujer, María Teresa debería haber corrido el camino que otras tantas mujeres corrían: instrucción básica quizás, matrimonio, hijos, trabajos domésticos y dependencia total.

Sin embargo, por la fuerte convicción de que sus tres descendientes estudiarían, Bárbara, terminado los estudios básicos de sus hijos, se presentó en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago de Cuba para matricularlos. Después de vencer la fuerte oposición del Director de dicha escuela, quien habiendo matriculado al hermano varón, aseguró, apelando a los estatutos, que en su escuela las mujeres no podían matricularse, sin poder demostrarlo oficialmente, logro que María Teresa y su hermana menor Carmen quedaran matriculadas y se incorporaran a los estudios. Este hecho, sin pretenderlo, desencadenó que otras muchachas, hasta ese momento también imposibilitadas solamente por un tema de sexo, pudieran matricularse en dicho Instituto.

María Teresa aprobó las pruebas de ingreso y comenzó directamente en segundo año, pero las condiciones políticas en la Cuba de aquella época se complicaron y el Instituto, como muchos otros, se vio obligado a cerrar sus puertas temporalmente.

La familia entonces decidió que sus tres hijos no pasarían ese tiempo sin estudiar, y después de hacer los arreglos pertinentes lograron que se trasladaran a Jamaica. La estadía se prolongó por dos años, tiempo en el que María Teresa obtuvo un título de Estudios de Secretariado en el Kingston Bussiness College en 1934.

De regreso a Cuba, se incorporó al Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago de Cuba, donde continuó sus estudios, hasta que finalmente en el año 1936 se graduó de Bachiller en Letras.

Terminado el Bachillerato, la familia decidió trasladarse a La Habana. Para María Teresa el objetivo fundamental de esta acción era continuar sus estudios en la Universidad de La Habana, pero la situación nuevamente se tornó difícil y entonces tuvo que trabajar en una tienda para poder colaborar con la manutención de su familia, escogiendo este lugar pues le permitiría, tan pronto la situación del país mejorara, matricular en la universidad.

Luego de incorporarse a los estudios universitarios, en el año 1942 obtuvo el título de Licenciada en Pedagogía de la Universidad de La Habana y tras continuar estudiando sin detenerse, en 1943 obtuvo el título de Doctora en Pedagogía, otorgado por la misma Casa de Altos Estudios.

Graduada ya como pedagoga, su intención inmediata fue ejercer su especialidad. Las dificultades en Cuba eran enormes para conseguir un trabajo bueno y bien remunerado, no obstante ella decidió impartir clases a adultos en una escuela muy humilde. Para complementar su trabajo, se dedicó realizar investigaciones sociales en lugares nunca antes por ella visitados, como hogares de ancianos y casas de prostitutas, crudeza que le permitió ganar en conocimientos sobre la realidad aquellos años. Para poder relacionarse mejor, explicar y hacerse entender matriculó en 1950 y terminó en 1954 la Licenciatura en Trabajo Social.

Entre los años 1945 y 1958 se integró muy rápidamente a la enseñanza, asumiendo varias responsabilidades y realizando diversas tareas, siempre en el campo de la Educación, entre ellas, por sólo citar algunas: trabajó como maestra de inglés, maestra de adultos y como Directora del Departamento de Orientación del Politécnico “José Martí”.

En estos años fue donde la Dra. María Teresa conoció y decidió su rumbo profesional hacia la Orientación Educativa. Gracias a una lectura casual de un artículo en una revista, con el que quedó fascinada, aprendió y definió que a partir de esta especialidad podía ayudar a cientos de personas a encaminar su futuro y de esta forma evitar que se convirtieran en personas desorientadas y enfermas.

Trabajando ya en el Politécnico “José Martí” como Asesora en Orientación Educativa, logró una beca para estudiar y profundizar el tema en Estados Unidos. En el año 1957 se trasladó a la Universidad de Madison, Wisconsin, donde después de un año completo de estudio, en 1958 obtuvo el título de Postgrado sobre Orientación Educativa, siendo la única persona en Cuba que poseyó esta categoría académica en su época. Los estudios allí realizados, su intercambio directo y aprendizaje con algunas de las eminencias de la Orientación terminaron por consolidar su vocación de ayuda y asistencia a las personas.

Luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, se integró al nuevo Ministerio de Educación que se estructuró y trabajó como Coordinadora del Primer Departamento de Orientación Vocacional por tres años consecutivos, encargándose de los 6 politécnicos que existían en Cuba en aquel entonces. A pesar de las fuertes exigencias en el plano laboral que significó todo el cambio en la educación cubana a partir de estos años, la Dra. María Teresa Quidiello empleó su tiempo en seguir estudiando y profundizando en determinadas áreas del conocimiento que pudieran afianzar su vocación de educadora y su intención de servir a los demás.

En el año 1960 obtuvo el título de Máster en Psicología en la Universidad Católica de Santo Tomás de Villanueva de La Habana, donde toda la enseñanza era en idioma inglés. En esta ocasión se le entregó el título de máster aclarando que solo faltaba la tesis para obtener el grado científico de Doctora en Psicología, pero los tiempos eran de muchos cambios en la Cuba revolucionaria y el colegio se vio obligado a no continuar con sus actividades. No obstante, este era el mayor grado académico en dicha especialidad, pues por aquellos años la carrera universitaria de Psicología no existía como estudio independiente tal como se conoce hoy en día, ni tan siquiera en la Universidad de La Habana.

A pesar de sus logros laborales en el área de Educación dentro del Ministerio de Educación de Cuba y las altas y nuevas responsabilidades que en este orden ejerció, por causas ajenas a la política e ideología, sencillamente respondiendo a un llamado de su hermana menor Carmen, quien radicada en República Dominicana vivía a plenitud toda la vorágine política y social de los años 60 a partir de su matrimonio con el profesor Juan Bosh, le pidió que viniera a ayudarla con su familia. En el año 1962, como respuesta comprometida, la Dra. María Teresa Quidiello Castillo, a pesar de lo que para ella significaba el trabajo que estaba realizando, decidió dejarlo todo y salir definitivamente de su país de origen y después de un agitado mes de vida en Jamaica, en julio de ese mismo año, se radicó definitivamente en Santo Domingo, República Dominicana.

5 comentarios:

  1. Excelente biografía de la Dra. Quidiello.
    Me hubiese gustado que se incluyera parte de su vivencia en Rep. Dom.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Escribiré yo sobre esto soy su hija . Estoy en eso !!

      Eliminar
    2. En reslidad du vivencia es desde el 1962 cuando El Prof Juan Bosch ls la trajo a esta tierra RD !

      Eliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar